viernes. 29.03.2024

Toda una vida a lomos de un caballo

La historia de Claudia, madrileña de nacimiento pero de ascendencia guímara, es la de una jinete "de cuna". Con cuatro años comenzó una pasión que le ha llevado a adiestrar a un caballo es poco más de tres meses

Un avance que ha puesto de manifiesto en el concurso de saltos que se ha celebrado este fin de semana en Equus Duri, en Pereruela, y que le ha permitido lucirse en su tierra: “Competir en Zamora es como jugar en casa"

Claudia durante la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri, en Pereruela
Claudia durante la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri, en Pereruela

No entiende la vida si no es a lomos de un caballo. Desde que se subió por primera vez con apenas cuatro años, esta madrileña de ascendencia zamorana no ha dejado ni una sola semana de acercarse a su escuela de equitación. Tampoco de presentarse a concursos y todo tipo de exhibiciones, siempre con la mirada puesta en la que siente como su segunda casa y a la que ha acudido por última vez este fin de semana para estrenarse en una prueba de saltos con su nuevo compañero.

Claudia nación un día de Reyes hace ya 18 años. Lleva desde que tiene uso de razón acariciando las crines de sus caballos, pasando las tardes entre establos, aprendiendo a formar equipo con una mirada, muchas horas de paciencia y multitud de horas de entrenamiento. Su última adquisición le ha permitido lucirse en la escuela Equus Duri, en Pereruela, en lo que ha supuesto una vuelta a sus orígenes y que trae consecuentemente la vuelta a la residencia familiar en Videmala.

“Competir en Zamora es como jugar en casa. La primera vez se puso nerviosa, pero ahora es de los concursos que más ilusión le hacen”. Un concurso que ha supuesto más de 600 kilómetros de viaje, alquiler de cuadras y cuidados constantes desde el mismo momento en el que “The Last” se subió al remolque con destino Zamora. “Lo último que hemos hecho antes de llegar a Madrid ha sido visitarlo”.

Claudia momentos antes de la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri con su caballo
Claudia momentos antes de la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri con su caballo

Una atención y un mimo que ha permitido a Claudia hacerse con las riendas de “The Last”, un cuarto de milla con silla francés de ocho años y que llegó a sus manos sin apenas domar. “Venía de dos años parado”. Su primera toma de contacto fue en febrero y en apenas tres meses de duro trabajo ya han logrado que comience a exhibirse en sus salidas a Ávila y Zamora.

“Sabía lo básico, pero sin experiencia en saltos”. Claudia se empleó a fondo con ayuda de sus entrenadores de la Escuela Hípica EquiTando. El resultado no ha podido ser más satisfactorio teniendo en cuenta el escaso tiempo que une a caballo y amazonas -como se conoce a las mujeres jinetes-, pero que muestra una complicidad sólo apta para unos pocos, amantes empedernidos y con una sensibilidad inédita como es el caso de Claudia.

"Lleva desde el principio de los principios. Lo de Claudia es amor por los caballos". Una destreza que ha podido demostrar ante sus compañeros de la escuela de equitación que también se desplazaron este fin de semana hasta el límite entre Zamora y Sayago. 

Claudia momentos antes de la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri con su caballo
Claudia momentos antes de la competición de saltos en el centro hípico Equus Duri con su caballo

Toda una vida a lomos de un caballo