Carlos Blanco, natural de Benavente, ha conquistado el mundo del motor desafiando todo tipo de obstáculos. Su destacada participación como el primer piloto discapacitado en la copa BMW España lo ha catapultado a la fama, ganándose el respeto y la admiración tanto de los aficionados al motor como de aquellos que lo conocen personalmente.
Nada le para. De hecho, este año tiene un calendario repleto de desafíos. Además de competir en moto de velocidad en la Handy ESBK, un campeonato para personas con discapacidad, también incursionará en modalidades como el enduro. Su agenda incluye seis carreras de velocidad, entre ellas competiciones en circuitos tan prestigiosos como Cartagena, Alcarràs y Navarra, así como varias pruebas de enduro como la Baja Aragón y la Baja Lorca Ciudad del Sol.
Pero su compromiso va más allá de las pistas. Este piloto dedica su tiempo a impartir cursos de conducción segura; con el objetivo de promover la seguridad vial entre los conductores jóvenes. "Las damos aquí en Benavente si se ponen en contacto conmigo o mediante empresas que me contratan", y es que su pasión por educar lo ha llevado a colaborar con instituciones locales y a explorar la posibilidad de llevar su mensaje a los colegios de la provincia.

A los veintiocho años sufrió un accidente que hizo que su vida diera un giro de 180 grados. El 27 de julio de 2004, tras un siniestro con una moto, este benaventano volvió a nacer. Nunca dejó a su compañera de batallas de lado, siempre estuvo con su moto a pesar de que ella le robara una de sus piernas. Pero "a lo largo del camino muchas veces te desanimas, sobre todo con los patrocinadores, que cuesta mucho conseguirlos", sin embargo, la meta que más le mueve es que "estoy haciendo algo que me apasiona". Encuentra motivación en el impacto positivo que tiene en la vida de los demás. A través de las redes sociales, ha recibido mensajes de personas que lo ven como una fuente de inspiración y esperanza, personas que han encontrado en él la fuerza para superar sus propias adversidades.
Un camino que va mucho más allá de las carreras y trofeos. Es una oportunidad para demostrar que no hay límites para aquellos que se atreven a perseguir sus sueños y trabajar duro para alcanzarlos. También de servir de respaldo a los demás porque "que gracias a mí haya gente que sea capaz de levantarse del sofá y hacer algo, me da igual que juegue al parchís, a las canicas y que no se quede hundido, es muy importante". Una historia que sirve de recordatorio de que, con determinación y coraje, cualquier obstáculo puede ser superado, y que la verdadera grandeza se encuentra en la capacidad de inspirar a otros a seguir adelante, sin importar las circunstancias.