En una época en la que las luces invaden cualquier rincón de nuestras vidas, las sombras se acentúan. El vacío que deja la ausencia de los seres queridos durante los reencuentros navideños se siente aún más en un contraste de sentimientos que hace de estos días un auténtico luto para muchas familias. Un sentimiento aún más impronunciable en el caso de quienes han perdido a un bebé y que se siguen enfrentando a ese "duelo invisible" o invisibilizado.
Ellos son los protagonistas de las casas en estos días. Los 'reyes' y 'reinas' de los hogares acaparan toda la atención de la Navidad provocando una amalgama de sentimientos y emociones entre quienes no han podido disfrutar de sus hijos, sobrinos, nietos o hermanos. Con el objetivo de convertir el dolor en luz y que su cálido recuerdo perdure durante una época mágica, la red 'Hueco de mi vientre Zamora' congregó a una quincena de mujeres procedentes de diferentes puntos de la provincia -pero también de la vecina red de Valladolid- para compartir sus experiencias de vida a la luz de las pequeñas lámparas elaboradas durante un taller en el museo Etnográfico.
Y también a la luz salieron historias de vida que son historias de una espera, a veces infinita, y una despedida demasiado prematura. Historias que reflejan un dolor de meses o incluso, de años y que algunas familias han optado por exteriorizar por primera vez en este taller.
"El duelo hay que atravesarlo y que te atraviese", explica Nuria: "Hay duelos que han pasado hace mucho tiempo pero que pueden estar recientes como si hubiese pasado ayer, bien porque no hayas tenido la oportunidad de haber podido expresar ese dolor, que no has tenido el espacio o el momento".
Esta zamorana habla desde el recuerdo de su bebé a la que perdió en una fecha tan señalada como el 31 de diciembre. La ausencia por la pérdida de unas criaturas llamadas a llenar el hogar de alegría y que ahora son recuerdo a la luz de un candil. Un recuerdo que hay que trabajar diariamente y que supone la razón de ser de esta red que cuenta en Zamora con numerosas historias de pérdidas anticipadas y adioses inesperados.
Asegura Nuria que, aunque avances de fase en la superación, una pérdida de tal magnitud te ancla a una especie de "montaña rusa eterna" en la que cualquier situación diaria se puede convertir en un nuevo detonante para reproducir un dolor aparentemente controlado: "A veces el mar está en calma y un día llega una ola y te revuelca porque te has encontrado con una persona que ha llamado a tu hija como a la tuya o es una canción...".
De ahí la importancia del apoyo que brindan este tipo de asociaciones que, como en el caso de Zamora, aspira a seguir el ejemplo de otras vecinas para establecer reuniones de apoyo o encuentros individuales en las que sea posible compartir experiencias, vivencias, sensaciones y emociones brindando esa ayuda tan necesaria que la sociedad tiende a invisibilizar con el paso del tiempo.
"No lo solemos tener sin que nos miren raro. Al principio cuando hablas del tema todo el mundo lo entiende, pero pasado unos meses ya tienden a pensar en que no lo has superado, por lo que optas por dejarlo aparcado y de hablarlo, pero el dolor sigue ahí".
Cualquier interesado/a puede ponerse en contacto con la red 'Hueco de mi vientre Zamora' a través de sus redes sociales (Instagram, Facebook o Twitter) o bien en su correo [email protected]
