Subir a la tercera planta del Virgen de la Concha supone sumergirse en un mundo donde los colores y dibujos dominan cualquier recoveco, donde las batas médicas huyen de los uniformes tradicionales y donde el fieltro da forma a broches de lo más divertidos. La planta recibe a los niños hospitalizados para tratar de brindarles el calor de un hogar durante el tránsito de su estancia hospitalaria.
"Entrar en un hospital puede ser un trauma para un niño, pero si anticipamos lo que van a encontrar, podemos disminuir su nivel de ansiedad". Y qué mejor que tranquilizarles a través de los cuentos. Desde su propia experiencia tras más de dos décadas destinada en Zamora en el área de Urgencias, Atención al Paciente y Unidad de Pediatría, la enfermera Cristina Lázaro ha desarrollado su faceta más creativa al servicio de los pequeños pacientes que se suben a las camas articuladas, se conectan a los goteros y se someten a numerosas y constantes visitas y pruebas médicas.
Detrás de su bata se esconde una faceta de narradora comprometida con el bienestar emocional que comenzó a desarrollar durante su trabajo dentro de la Comisión de Humanización del hospital.
"Todo empezó cuando doné mi primer cuento al hospital. Me di cuenta de que me gustaba escribir y que podía utilizar esta habilidad para ayudar a los niños a comprender lo que sucede a su alrededor" en un entorno inicialmente tan hostil y ajeno a su rutina diaria. Ese primer relato trata de acercar algo tan aparentemente complejo como son los derechos y deberes del niño hospitalizado a partir de un folleto de la década de los 80's y al que accedió durante su labor dentro de la Comisión de Humanización del hospital.
"Fue cuando se me ocurrió actualizarlo en forma de cuento". 'Un cartel muy especial' acerca al público infantil la importancia del contenido de esa misiva para asegurar la correcta asistencia médica y mental al paciente menor. Un ejemplar único y con un valor especial que donó al hospital y que forma parte del área de juegos de esa tercera planta en la que niños, padres y sanitarios tratan de brindarles todo tipo de herramientas y estímulos para desarrollar su infancia como cualquier otro niño al margen de su afección particular.

Tras él han llegado otros cuatro atendiendo a aspectos tan vitales como las emociones del niño o la atención a los niños con TDAH, los procedimientos médicos a los que se enfrentan los niños durante su estancia, así como al entorno del propio hospital. Así nació 'Hospital y Tal', su segundo cuento que este martes formó parte de los actos por el Día del Niño Hospitalizado.
Pero la labor de Cristina va más allá de la escritura: su compromiso con la humanización de la atención médica la ha llevado a desarrollar una serie de relatos que explican de manera amena y comprensible los procedimientos médicos a los que se enfrentan los niños durante su estancia en el hospital. De la mano del 'señor Pinsito', el relato busca anticipar y aliviar los miedos y ansiedades que pueden surgir en los niños durante su estancia en el hospital. Desde la importancia de las analíticas hasta la técnica de extracción de sangre, Cristina utiliza su narrativa para anticipar y explicar de manera amena y comprensible cada prueba, procedimiento y tratamiento.
Unos relatos acotados al área de Pediatría del hospital zamorano pero cuya pretensión es dar el salto a otros centros provinciales así como a escuelas infantiles. Asegura que estos cuentos buscan anticiparles a un posible ingreso enseñándoles a manejar sus emociones y miedos y estimulando su imaginación para que encuentren la mejor forma de gestionarlos. "Lo ideal, por lo tanto, sería que se pudieran leer antes del tener contacto con el propio hospital".
Con su dedicación y empatía, Cristina Lázaro está demostrando que la literatura puede ser una poderosa aliada en la atención médica, haciendo que la experiencia hospitalaria de los niños sea más amable y reconfortante.
