Hace poco más de veinticuatro horas que "Amapola blanca" vio la luz. Una canción de cerca de cuatro minutos que muestra un retrato psicosocial que refleja a la sociedad zamorana y, por extensión, a la España despoblada, en relación con su posición frente a la galopante despoblación. Es una canción cargada de multitud de simbolismos que permite vernos en ella como si de un espejo se tratase.
"Es mi tierra y carece de tantas cosas que me llega hasta doler. La canción refleja ese vacío cada vez más notable en esta ciudad. La compuse cuando estudiaba en Madrid, viendo desde otro prisma cómo Zamora perdía población rápidamente. Bajo mi punto de vista es debido a causas externas, hemos perdido peso tanto en la comunidad como a nivel nacional y en parte es porque a veces tenemos nosotros mismos una visión pasiva", ha explicado la cantante y compositora, Lucía Gonzalo.
De color blanco y negro, trascurren las imágenes tanto de la ciudad como de la provincia. Con niebla, ruinas de arquitecturas populares, abandono de construcciones fabriles, bosques desolados, imágenes características de zonas despobladas. Desde su publicación, la sociedad ha acogido la canción con los brazos abiertos. "Estoy muy gratamente sorprendida, creo que la gente ha entendido tanto el fondo como la forma porque el videoclip está muy bien montado por J. Pascual que ha recogido con un gusto exquisito esta decadencia que refleja la composición. Es su tierra y se siente identificado. Pienso que la gente ha valorado el cariño que hemos puesto en el videoclip y la canción", ha recalcado la artista.
Eso sí, es la primera vez que le dedica una canción a su tierra. El lugar en que creció, el que le duele en el pecho con ese vacío que ahora queda. Al que le afecta el paso de los años. Porque nació en Logroño, pero Gonzalo es zamorana de los pies a la cabeza. Porque hay que vender lo nuestro, valorar lo que tenemos, "si no nos gustamos a nosotros mismos, malamente le vamos a gustar a los de fuera". De esta forma, quizá llegue una segunda versión de esta composición, "Amapola blanca 2.0", cuando llegue el barquero o cuando se haya despertado la ciudad, quién sabe".
Una canción a sus raíces, pero que tiene un mensaje, "despertar de este letargo que tenemos, porque estamos a la espera de que venga algo del cielo, o sea el barquero, cuando la verdad es que nosotros mismos tenemos que trabajar en ello. Aunque el barquero no venga, tenemos que trabajar en ello y luchar por lo que somos y tenemos. Porque además nosotros sabemos lo que tenemos pero, ¿y la gente de fuera?. Ojalá se vea desde fuera todo esto".
Detrás de esa idea, de ese vídeo de más de tres minutos y medio, hay muchos meses, no de trabajo, sino de espera "porque la idea que había para realizarlo requería determinadas condiciones atmosféricas que desgraciadamente, en este invierno, las nieblas se dieron en este caso en muy contadas ocasiones". Pero las letras nacieron en un taller de escritora de Fuentetaja del puño y letra de Gonzalo. Después llegaron los acordes y la melodía con un trabajo de producción musical del productor ruso, Mikhail Eremeev. Sin embargo, "la colaboración musical con Ana Castro fue muy rápida porque es una música excepcional que me conoce muy bien y captó la esencia enseguida, regalándonos esa magnífica melodía de flauta. La parte técnica de J. Pascual junto con la ayuda de Ander Vecino fue también excelente ya que enseguida supieron por dónde llevar el videoclip. Los madrugones, el frío…". Mucho trabajo, de muchas personas, para que todo estuviera listo. Para lanzar el mensaje. Para alzar la voz.
La artista, tampoco ha olvidado el apoyo de las instituciones, "han sido muchas las personas que nos han ayudado de forma altruista pero la gente se tiene que dar cuenta de que la cultura también se forma, son muchas horas de curro, muchos ensayos, muchos gastos, etc. Un trabajo que tiene que ser valorado en todas sus vertientes y yo me siento muy contenta de todo lo que hemos hecho con este tema que espero que lo valore la gente". Así, ha querido agradecer a la Diputación de Zamora, que "siempre" apostó por este tema, pieza inaugural de Fromago 2022 y que, posteriormente, ha financiado el videoclip. También a Miguel Ángel por la cesión de las instalaciones de la finca La Harinera y al Ayuntamiento de Zamora por el acceso y grabación en las Aceñas de Olivares. Por último a Carmen Ramos, "por prestarnos el pañuelo y por su amabilidad continua. Sin todos ellos no habríamos podido realizarlo".