"El Encanto de La Habana": la nueva tienda de Zamora que vincula a dos costureras nacidas en Cuba con García Casado y una fábrica de dulces

Mariví Lastra es la propietaria del nuevo negocio ubicado en pleno casco antiguo, un espacio que ocupa el obrador de la antigua fábrica "La Josefina" y que atesora en su interior muebles del emblemático comercio zamorano García Casado

Hija de costurera nacida en Guantánamo, esta emprendedora trae a la capital la historia de la tienda cubana que fundaron dos asturianos, precursora de lo que serían después El Corte Inglés y Galerías Preciados, destruida por una bomba y el único rincón del mundo, fuera de París, donde Christian Dior vendía sus diseños

Mariví Lastra en su tienda
photo_camera Mariví Lastra en su tienda

No es una tienda al uso ni pretende serlo. Su escaparate "rivaliza" con el mural del cerco de Zamora creado por Carlos Adeva en pleno casco antiguo. Aunque se ubica en una calle poco comercial, de paseo por la calle San Martín número 9 no pasa desapercibido este espacio de algo más de 100 metros cuadrados, lleno de luz y colorido, que guarda entre sus paredes parte de la historia de dos costureras zamoranas nacidas en Cuba y recuerdos de lo que fue uno de los comercios más emblemáticos de la capital: García Casado, demolido ya y en proceso de reconstrucción de viviendas y locales comerciales. 

Es "El encanto de La Habana" en pleno centro histórico de Zamora, una tienda a la que hay que ir. "No está de paso, excepto para los turistas", señala su propietaria, Mariví Lastra, que lleva poco más de dos meses al frente de este nuevo negocio que puso en marcha aprovechando el "tirón" de la Feria Fromago. En realidad, es una "vieja" emprendedora, con tienda online de telas y accesorios de costura desde hace 9 años, y marca propia de bisutería y complementos de mujer, Lucía Castaño, desde hace tres décadas.

En la nueva tienda, el cliente no solo puede encontrar telas. "También cosas hechas con las telas", aclara. Desde ropa de mujer y niño hasta cojines, mantas de sofá, sombreros o bolsos. No está sola. En el equipo hay una especialista en confección de niños y otra, en ropa femenina que toman las medidas para crear el diseño que se desee o "copiar" ese vestido viejo que tanto nos gusta pero que ya tenemos que retirar del armario.

La tienda ocupa el local que en su día albergó la fábrica de dulces "La Josefina". Los artículos se expanden por lo que fue el obrador y el comercio de dulces. "El espacio con estos arcos y techos de 4 metros es tan bonito que no necesita más adornos", afirma esta emprendedora. El negocio, además, ha recuperado muebles del antiguo y emblemático García Casado, el comercio al que Mariví Lastra acudía de niña con su abuela, madre y tía, las tres costureras, en busca de telas. "Hemos logrado comprar la estantería grande, que es la protagonista de este espacio, y algunos otros muebles para colocar telas", explica, mientras confiesa que "me toca el corazón tener esos recuerdos aquí, tan cerca".

La estantería que pertenecía al desaparecido comercio García Casado
La estantería que pertenecía al desaparecido comercio García Casado

El nombre de la tienda "esconde" una historia de emigración y trabajo. La madre y la tía de Mariví Lastra nacieron en Guantánamo (Cuba), a donde emigraron los abuelos desde Fermoselle. Las dos regresaron a Zamora ya adolescentes para unos años después abrir una academia de costura: "Las cubanas modistas". Y su sucesora ha querido "guardar" esa esencia isleña en el nuevo negocio, aunque su madre, fallecida hace un año, ni siquiera pudo ver el proyecto en sus inicios. "Quería recordar esa vinculación con Cuba, a la que en casa llevamos en el corazón, y la historia de la tienda de la que toma el nombre", agrega Lastra. Y es que "El Encanto de La Habana" existió, fundada por unos asturianos a principios de los años 20 y que llegó a ocupar toda una manzana en pleno centro de la capital cubana. "Fueron muy innovadores porque fue el primer negocio dividido en departamentos", cuenta Lastra, lo que supuso el origen de El Corte Inglés y Galería Preciados en España, precisamente de la mano de los sucesores de aquellos emprendedores de Asturias. 

"El encanto de La Habana" cubano fue algo más que una tienda. Se expandió por toda la isla y era el único "rincón" del mundo fuera de París en el que Christian Dior vendía sus diseños. Una bomba acabó con el sueño de aquellos emigrantes españoles y ya no quedan restos de aquella tienda tan innovadora por La Habana.

Registrado el nombre, Mariví Lastra decidió "trasladar" aquel encanto habanero al centro histórico de Zamora para ofrecer a sus clientes telas de primera calidad con estampados "peculiares" que compra en sus viajes por el mundo. "Algunas son pequeñas colecciones de diseñadores", matiza. En cuanto a la bisutería, vende sus propios diseños bajo la marca "Lucía Castaño" pero también artículos de autor.

La ropa de niño es de muestra, diseñada para mostrar a la clientela lo que se puede hacer con las telas. Se admiten encargos. "Los hacemos a la carta", aclara la modista. Lo mismo ocurre con la ropa de mujer.

Y Mariví Lastra no deja de innovar. Está a la espera de recibir pinturas especiales para restaurar muebles antiguos que, en función de la luz que entre, da un matiz de color diferente. Valen también para pintar paredes, el suelo de un cuarto de baño o una cocina y su colorido "encaja" con todas las telas que vende en la tienda. También tapizan y está a punto de abrir un espacio para realizar talleres de costura, patchwork y recuperación de muebles antiguos.

Entrada a la tienda
Entrada a la tienda

Pero, además, Lastra pretende dinamizar este espacio, al que se accede por un pasillo en el que "cuelgan" recuerdos como fotografías de su madre y de sus tíos más dos imágenes marianas, una de la Virgen de la Soledad y otra de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, con su ofrecimiento a todos los zamoranos que necesiten un "rincón" para presentar sus creaciones: desde libros hasta cuadros, música o labores de costura. "Todos serán bienvenidos. No quiero que sea solo una tienda. Quiero que sea un espacio dinamizador y de crecimiento personal", recalca Mariví Lastra, mientras se dispone a restaurar una silla.

 

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