Esta es la segunda parte de una historia que comenzó como un regalo de cumpleaños. Lo que no iba a ser un libro acabó siendo un libro. Lo que iba a ser solo un obsequio para su hija en su sexto cumpleaños se ha transformado en un nuevo manual para esa pequeña llena de imaginación, a la que le gustan las historias y disfrutar de Coreses junto a sus abuelos.
Y Andrea volvió a tener su regalo en forma de historias el pasado 12 de marzo. Su madre escribió la segunda parte de las aventuras de Nerea y Nico para su séptimo cumpleaños bajo el título "Días de 2: Problemas en Primaria". En realidad, es una "historia independiente" de aquel texto publicado el 12 de marzo de 2021 que la zamorana Aida Álvarez regaló a su pequeña con el lema "Días de 2: En mi casa jugamos así".
Su autora es licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca, natural de Zamora aunque afincada en Cádiz, y ha querido con este segundo libro atender el ruego de su hija, "Quiero otra historia, mamá", pero también rendir un homenaje a los maestros vocacionales.
Y así fue como esta madre zamorana regresó al "cole" de la mano de Nerea y Nico para describir como es el "aprendizaje de los niños a través de las emociones que van descubriendo en su convivencia como grupo. Los celos entre amigos, el miedo a las amenazas de un compañero, la empatía con los sentimientos de los demás… Y dos cosas que, según mi hija, nunca pueden faltar en una historia: risas y misterio", cuenta la autora.
Reconoce desde Cádiz que se decidió a escribir la segunda parte del libro no solo a petición de su pequeña Andrea. "Me decidí a hacerlo porque con el primero recibí un cariño que no esperaba", confiesa. Y esta nueva aventura, dice, también está siendo un regalo para ella.
Completar la historia le ha "robado" 6 meses, "quizá un poco más", admite. "Más o menos 3 meses para escribirlo; 2 para dibujar las ilustraciones y la portada y para hacer las revisiones y las correcciones", señala. Y no se olvida de agradecer la ayuda de su marido. "El último mes es cuando yo cierro los ojos y confío en la magia de Andrés para editarlo, registrarlo y publicarlo", subraya.
En su recorrido por las páginas de esta aventura escolar ha tenido una colaboradora de excepción: su hija Andrea, un torbellino de imaginación con 7 años de edad que escribía en la pizarra su propia historia para "regalarse" el mejor obsequio: un libro, escrito además por su madre.