Lo que no iba a ser un libro acabó siendo un libro. Érase una vez una madre que quería regalarle a su hija, a la que le encantan las historias, un cuento sobre recuerdos de su infancia en Zamora y Coreses, pueblo en el que pasaba los veranos con sus abuelos, y, a la vez, recopilar las reglas del juego del parchís para que la niña de 6 años conociera las normas.
Así nació "Días de Dos: En mi casa jugamos así", un libro que firma la zamorana residente en Cádiz, Aida Álvarez González, como "reivindicación" de las vacaciones en el pueblo a través de la historia de la pequeña Nerea, que ya estaba pensando en un verano en la playa, los helados, los castillos de arena, las colecciones de conchas y los saltos entre las olas hasta que le dicen que ese año tendría que pasarlo en el pueblo con los abuelos. La noticia no le sienta bien, ¡qué aburrimiento el pueblo!, sin sospechar que va a vivir unas vacaciones inolvidables.
Su autora, licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca, escribía ya en el instituto para la familia o los amigos, "aunque nunca me atrevía a enseñar al resto lo que había plasmado en el papel porque soy muy tímida", confiesa. Cuando nació su hija, que ahora tiene 6 años, retomó la escritura con la intención de escribir un cuento para que su pequeña conociera retazos de la historia de la familia y de la infancia de su madre.
La idea surgió durante una partida de parchís en la que, como en todas las casas, se siguen las reglas que impone la familia, no las reales que marca el juego. Y a Aida Álvarez González se le ocurrió escribir un cuento uniendo ambos objetivos, la familia y el juego, para regalárselo a su hija el día de su cumpleaños.
El cuento fue sumando páginas con las aventuras de Nerea y Nico y adquirió personalidad propia hasta conformar un libro de 129 páginas que ya se vende en Amazon. "Cuando lo enseñé, gustó mucho y mi marido me animó a publicarlo", asegura, tras reconocer que "si no hubiera sido por su empuje y confianza, el libro no hubiera visto la luz". La edición, como ella misma la define, es manual y casera. Su marido fue el encargado de escanear los dibujos que ilustran la publicación, de maquetar y de investigar como como lanzarlo sin demasiados costes.
Y el pasado 12 de marzo llegó el regalo. La niña recibió emocionada el primer borrador del libro escrito por su madre, una obra en la que ella había participado con sus impresiones, ya que un año antes se había quedado por primera vez a pasar el verano con sus abuelos en Coreses. La edición definitiva tiene fecha del 31 de marzo.
"Quería escribir una historia de verdad, de mi infancia, aunque finalmente el pueblo se desdibujó un poco y dejó de ser un personaje para dejar paso a la casa de los pueblos", subraya Aida Álvarez, que aún mantiene en su olfato uno de los mejores recuerdos de su niñez: su abuela en la cocina elaborando "bollas", un dulce que en otras comarcas se llaman tortas.
En sus recuerdos permanecen, además, los paseos con su abuelo hasta la viña, la caza de arañas o subirse en el remolque, evocaciones de una infancia que puede que plasme en una segunda parte de "Días de Dos: En casa jugamos así". "Me ha picado el gusanillo y la historia queda abierta, así que puede que haya segunda parte", confirma la zamorana. O puede que la siguiente noticia sea su hija, que también ha empezado a escribir su propio cuento.