Las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) tienen una serie de necesidades específicas en las distintas etapas educativas.
Aunque existe una gran variabilidad en las manifestaciones del TEA, siempre afecta a las competencias sociales y comunicativas del individuo, y a su capacidad para responder de forma flexible, produciendo en el ámbito educativo, limitaciones en la interacción con todos los agentes de la comunidad educativa (grupo de iguales, profesorado...), dificultades para comprender determinados contenidos curriculares y consolidar aprendizajes, así como problemas para adaptarse y participar en dicho contexto escolar, entre otros.
Dentro del Trastorno del Espectro del Autismo hay una gran heterogeneidad de situaciones, que evolucionan con la edad y que, por tanto, requieren de una atención educativa cambiante. Garantizar adecuadamente la movilidad educativa del alumnado con TEA es imprescindible para asegurar su correcta escolarización.
Así, es preciso contemplar las necesidades específicas de las personas con autismo, para garantizar una atención educativa de calidad que haga efectivo el derecho que asiste a cualquier alumno/a: que el sistema educativo promueva el desarrollo integral de todo su potencial en igualdad de oportunidades y bajo principios de equidad y atención a la diversidad.
En Castilla y León (CyL), las cifras oficiales informan de 1.243 alumnos/as con autismo en el curso 2019-2020 en todas las modalidades educativas, que supone el 15% del alumnado con necesidades educativas especiales en esta comunidad, aunque se estima que el dato podría ser más elevado, debido al importante número de alumnos con TEA sin identificar. El alumnado con TEA en el sistema educativo castellano y leonésestá creciendo exponencialmente en los últimos años, habiendo aumentado un 62% en los últimos 5 años.
Castilla y León, cuenta con diversas fórmulas de escolarización tanto dentro de la enseñanza ordinaria como de la especial, para poder dar respuesta a la diversidad de necesidades del alumnado con TEA, por lo que ambas enseñanzas resultan necesarias debiendo aplicarse de forma flexible (en función de la evolución de la persona) y su acceso no debe estar limitado a determinados lugares de residencia.
Ocho de cada diez personas con TEA (82,50% en el curso 2018-2019) en edad escolar están escolarizados en las aulas ordinarias en un entorno inclusivo que facilita su integración social y proporciona la oportunidad al resto de alumnado a convivir con personas con discapacidad. Esto requiere que los centros educativos cuenten con suficientes recursos, formación y personal de apoyo especializado para adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje a sus necesidades específicas.
En la educación especial se garantiza una educación individualizada y una inclusión social del alumnado a través de actividades que se realizan tanto en otros centros educativos como en la comunidad. De hecho, las personas con autismo con afectaciones más severas necesitan el personal y los medios especializados que, a día de hoy, un centro de educación ordinaria no puede proporcionar. Sin recursos especializados, estas personas no tendrían garantizado su derecho constitucional a la educación en igualdad, ni las familias a la libertad de elección.
En Castilla y León hay 5 Centros de Educación Especial para alumnado con TEA, estando escolarizadas 152 personas con mayores necesidades de apoyo y gracias a 133 profesionales que proporcionan una atención especializada.
Son centros aconfesionales, gestionados por las asociaciones de autismo, madres, padres y familiares que se han organizado para proporcionar a sus hijos e hijas la respuesta que el sistema de educación público no provee en todas las situaciones que es necesario.