Castilla y León se muestra incapaz de contener el virus: 20 fallecidos, más de 1.000 nuevos positivos, 397 brotes activos y 3.297 vinculados

Castilla y León se muestra incapaz de aplacar la COVID-19. La comunidad notifica hoy 1.038 nuevos casos de la enfermedad COVID-19, con lo que su número actual es de 67.925; de esa cifra, 61.364 han sido confirmados mediante pruebas diagnósticas de infección activa.

De los 1.038 nuevos casos notificados hoy al Ministerio de Sanidad, 62 tienen diagnóstico durante el día anterior. Los brotes activos actualmente en el conjunto de la comunidad son 397 y los casos positivos a ellos vinculados, 3.269.

Las nuevas altas hospitalarias han sido 82, de manera que su acumulado suma 11.580 pacientes; por el contra se han registrado veinte defunciones en hospitales de la comunidad, con lo que esta estadística alcanza las 2.541 personas fallecidas en ese ámbito asistencial.

La Junta de Castilla y León apela a la responsabilidad individual y colectiva de los ciudadanos, cumpliendo las medidas básicas de distancia social, higiene de manos y uso obligatorio, con carácter general, de la mascarilla en vías públicas, ámbitos urbanos al aire libre y espacios cerrados de uso o abiertos al público, con el fin de evitar situaciones que pudieran suponer riesgo de contagios y rebrotes de la enfermedad.

Asimismo se recomienda a la ciudadanía, con carácter general, la necesidad de limitar los encuentros sociales fuera del entorno de convivencia estable; y que cualquier reunión social se reduzca a un máximo de diez personas.

En cualquier caso, con la solidaridad y la colaboración ciudadanos y el esfuerzo y el compromiso de los profesionales sanitarios, la actual situación provocada por la COVID-19 será superada, pero para ello es fundamental cumplir las recomendaciones sociales y sanitarias de autoridades nacionales, autonómicas, provinciales y locales.

(*) Pruebas diagnósticas de infección activa: PCR y test Ag.

(**) Se considera brote cualquier agrupación de tres o más casos con infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico y, en el caso de residencias de personas mayores u otros centros socio sanitarios, con uno o más casos. Un brote activo se define como aquel que haya tenido algún caso en los últimos catorce días, teniendo en cuenta la fecha de inicio de síntomas o la de diagnóstico, si la de los síntomas no está disponible.

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