Bajo los terrenos designados para la futura Ronda Norte ha emergido una sorpresa arqueológica que reescribe parte de la historia urbana de Córdoba. Las excavaciones preventivas realizadas en la zona han sacado a la luz lo que los expertos consideran un descubrimiento excepcional: un edificio de culto cristiano erigido durante la dominación islámica de la ciudad.
La singularidad del hallazgo reside en que se trata, hasta el momento, del único testimonio arquitectónico de este tipo documentado en la Córdoba islámica. Según los investigadores, el edificio pudo haber formado parte de un complejo monástico que coexistió con el trazado urbano musulmán durante el gobierno de Abderramán I, fundador del emirato independiente de Al-Ándalus en el siglo VIII.
Aunque las fuentes históricas ya apuntaban a la presencia cristiana en la ciudad durante la época andalusí —y existían referencias epigráficas que lo respaldaban—, nunca antes se había localizado una construcción física que lo demostrase con tanta claridad.
El hallazgo se produjo durante la tercera fase de las prospecciones arqueológicas iniciadas en septiembre de 2024, tras dos campañas anteriores que solo habían arrojado vestigios esperados de un barrio islámico. Sin embargo, esta nueva etapa ha desvelado estructuras que podrían corresponder a una iglesia o incluso a una antigua basílica, posiblemente dedicada a Santa Eulalia de Mérida, una figura muy venerada en la Hispania tardoantigua.
Entre los elementos identificados destacan un claustro de columnas, espacios diferenciados que sugieren una posible división por género —quizás zonas para monjes y monjas— y una alberca que los arqueólogos interpretan como un posible baptisterio. Aún está por localizar el ábside, pero los especialistas no descartan que aparezca en futuras excavaciones.
La noticia ha sido recibida con entusiasmo por la comunidad científica, que valora el descubrimiento como una prueba tangible de la convivencia religiosa que caracterizó, al menos en ciertos periodos, a la Córdoba medieval. A la espera de estudios más detallados, el hallazgo ya obliga a matizar las narrativas históricas sobre la ciudad y su compleja identidad cultural.