El marisco es uno de los grandes protagonistas de la gastronomía veraniega. Además de ser un plato fresco y sabroso, su consumo en esta temporada se asocia a varios beneficios para la salud, especialmente debido a su alto contenido en nutrientes que potencian la protección natural del cuerpo frente al sol.
El marisco destaca por su bajo contenido calórico, con entre 75 y 100 calorías por cada 100 gramos, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener una dieta equilibrada durante las vacaciones. Además, su riqueza en proteínas, grasas saludables, yodo, zinc, selenio y vitamina B12 lo convierte en un alimento excelente para el cerebro y la tiroides, según explica la dietista-nutricionista María del Mar Molina.
En verano, el marisco cobra especial relevancia por su alto contenido en antioxidantes, que ayudan a neutralizar el estrés oxidativo provocado por la exposición solar. Este beneficio es aún más importante en una temporada con mayor radiación solar, ya que el cuerpo necesita más protección. La nutricionista destaca también que estos alimentos marinos son ricos en vitamina D, un nutriente clave para la salud ósea y que se obtiene en mayor cantidad durante los meses con más sol.
Uno de los compuestos más valiosos presentes en el marisco son las antoxantinas, poderosos antioxidantes que, según Molina, son especialmente beneficiosos para contrarrestar el daño causado por la radiación ultravioleta. Este carotenoide, responsable del color rojizo en algunos mariscos, se ha demostrado eficaz para reducir la inflamación y proteger la piel de los efectos adversos del sol.
Más allá de la protección solar, los mariscos también son aliados para mantener la firmeza y el tono de la piel. Gracias a su contenido en proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos omega-3, su consumo favorece la producción de colágeno y elastina, esenciales para prevenir la flacidez cutánea. En este sentido, la nutricionista Sara Ayuso sugiere acompañar los mariscos con cítricos o verduras ricas en vitamina C, lo que potencia la síntesis de colágeno y mejora aún más los efectos sobre la piel.
Los beneficios del marisco no terminan en la piel. Su contenido en ácidos grasos omega-3 también contribuye a mejorar el estado de ánimo, reduciendo los niveles de estrés y favoreciendo un sueño reparador. Estudios recientes han demostrado que una dieta rica en pescados y mariscos, especialmente en omega-3, está relacionada con una mejor calidad del sueño y una mayor producción de neurotransmisores como la serotonina y las endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad".