El arte pictórico y religioso sigue a la orden del día, esencias del pasado, con toques contemporáneos que permiten explicar el evangelio, a través de lienzos. Un arte que no pasa de moda y que cada día contiene más adeptos, gracias a las redes sociales.
El pintor zamorano, Saúl Alija, de tan solo 24 años expresa su fe y sus sentimientos a través de cada pincelada en la que se pueden encontrar rasgos de sus artistas predilectos, como pueden ser Pablo Picasso, Kiko Argüello o Marko Ivan Rupnik. Obras que permiten aunar lo clásico con lo vanguardista, para crear lienzos marcados por un carácter muy personal.
El joven zamorano, que se encuentra a caballo entre las provincias de Zamora y Salamanca, muestra sus obras a través de su cuenta de Instagram, utilizando así las nuevas tecnologías al servicio del arte.
¿Qué supone para usted el arte?
Desde pequeño he tenido interés por el arte, pero me creció esa atracción cuando conocí el patrimonio de la iglesia. La importancia que tiene el arte para mí, no solo como un canal de expresión y emocional, sino como un canal de evangelización y la transformación de sentimientos de Dios. El arte me acerca a Dios.
Me interesa el arte barroco y las pinturas bizantina y esa conexión con la iglesia.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene pintando?
Mi primer recuerdo son pequeños dibujos que realizaba de manera privada, que no veía nadie y eran para mi.
Pero se me acentuó en mayor medida el interés por el arte cuando fui a una academia de pintura, que las clases las dirigía un sacerdote salesiano, ya que me impresionaba la manera que tenía de enseñarnos, con mucho carácter, no era un taller en base a un maestro. En aquella época me lo tomaba como una clase más, ya que además acudía al conservatorio de música, a clases de teatro.
¿Cuántas obras pictóricas ha realizado hasta la fecha?
Más de treinta obras he realizado desde los 14 años, que comencé a pintar.
¿Cuál es la obra más especial para usted?
El lienzo que más especial me ha hecho sentir ha sido la reinterepretación de la obra barroca, donde se representa a San Francisco de Asís en un momento de dudas, en donde si sigue con la orden o no.
Una obra en la que he querido representar la lucha de los sentimientos del santo.
La mayoría de tus obras se basan en temática religiosa, ¿cuál es el motivo?
El arte religioso me ha empezado a atraer a raíz del Concilio Vaticano II, ya que es cuando la Iglesia es consciente del desinterés de los artistas por la iglesia. Me ha atraído el poder evolucionar el arte religioso, hacía unos estilos vanguardistas que me llaman la atención actualmente, entre los que encontramos a Pablo Picasso, Georges Braque, Henri Matisse, Marko Ivan Rupnik, Kiko Argüello.
De todos los artistas en los que se ha basado para inspirarte en tus obras, ¿Cuáles son los que te han marcado en gran medida?
Mis referentes actuales sobre mi pintura bizantina son Kiko Argüello y Marko Ivan Rupnik.
Pero para mi revisión del estilo barroco sobre una composición clásica, incluyo rasgos pictóricos de Pablo Picasso, al igual que los matices ofrecidos en las obras tenebristas de Francisco de Goya.
En pleno año 2021 ¿cree que se puede vivir de la pintura?
Yo creo que sí, el problema actualmente es el llegar a las personas interesadas en el arte, a personas interesadas en adquirir tus obras.
Antiguamente se vendían los cuadros a través de los llamados mecenas, algo que no sucede ahora. Hoy en día las tecnologías marcan la diferencia.
