martes. 19.03.2024
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Quinta jornada de viaje, la vuelta a la cruda realidad y sin adrenalina pendiente. Los 25 de Cracovia arrancan camino hacia sus destinos. 

Salimos relativamente pronto a las 8:15 de la mañana de una localidad a 100 km de Cracovia. Tras una noche de mucho pensar en lo sucedido el lunes prometía no tener desperdicio como así ha sido. Noche en la residencia de un hospital y reparto con toma de conciencia definitivamente de que iba a ocurrir a partir de ahora con los 21/25 de Cracovia. 

Desde allí los 40 que formamos la expedición zamorana tomamos la A4 la carretera que lleva a la frontera de Polonia con Alemania que pasamos en torno a las 16:15. Tras esa parada técnica continuamos el viaje hacia el primer y primordial destino qué es el cruce de Alemania para descansar en la frontera con Francia. 

Al mediodía o quizás algo más pronto una de las personas que nos siguen ayudando en la distancia Lagoba quiso vernos en su paso en nuestro paso por Polonia y en una gasolinera nos ofreció un brunch qué consistió en macarrones con tomate comida caliente algo que hacía días que no probamos ella y un joven amigo voluntario nos citaron en un la área de servicio y allí una gran cantidad de comida para todos fue el regalo más bonito que podríamos tener, a parte de ver a nuestra hada madrina que ha conseguido que nos alojáramos juntos y en unas condiciones de excepción a todo el grupo. Agradecemos muchísimo tanto el alojamiento como todas sus atenciones puesto que era la primera vez que comió caliente después de 4 días de intenso viaje. En esa parada técnica todo fue alegría puesto que conocimos a ese ángel de la guarda y a ese espíritu de solidaridad que llena nuestro viaje de sentido a la vida en tantas y tantas ocasiones. Ella pudo conocer a Sasha conoció a la pequeña Jharina, conoció a su a sus protegidos porque ella ha sido otra de las personas que nos han ayudado en este viaje el silencio desde su casa pero también a nuestro paso llevándonos comida y bollos especiales típicos de la zona la comida la hicieron unos frailes y nos la llevaron, ella y su amigo tenían claro para que al menos si por una vez podríamos comer caliente algo que hemos agradecido todos y cada uno de nosotros, de los 15 expedicionarios más todos los refugiados, un total de 40 personas que componemos este convoy  de vida y paz. 

Un convoy que deja atrás el corazón en Ucrania el corazón el corazón de todos, ya que se ha quedado en parte en esa frontera con los milicianos y todos los que luchan por la paz la libertad y la concordia en este mundo. 

Más de 1200 kilómetros recorridos en este lunes pasado que nos llevaron a Francia. 

En el camino varias anécdotas y vicisitudes, como la de la parada cerca de Dresden en una en un área de servicio para re-ubicarnos y  reunirnos de nuevo para una parada técnica y de WC,  y resulta que encontramos una familia ucraniana en la que el marido de la ucraniana era de Valencia y resulta que había ido también a buscar a su cuñada y a sus sobrinos porque su marido estaba luchando en la guerra. Ellos también estaban allí en Kiev y decidieron salir. Sus suegros padres se han quedado también para para intentar mantener y defender la. Ciudad, y que el marido no se quedará solo.  Otra familia con mujer y niños que tienen el corazón roto y su cabeza en Ucrania. 

Las historias de nuestros refugiados son desgarradoras y dignas de cualquier película de terror. Seguimos de vuelta no sin muchas cosas que contar más adelante, desde paradas con identificación de la Policía Alemana, como aplausos, pitadas de aliento al paso del convoy aunque ahora ya sin nuestro querido Novoa. 

Llegamos a Metz pasadas las dos de la mañana, destrozados pero con la moral entera. A por la nueva meta, a 1500 kilómetros de casa.

GALERÍA DE IMÁGENES 

Día 5: Apapachando a Ucrania. Los 25 de Cracovia por el Cielo, tierra, trigo y libertad...