viernes. 29.03.2024
Corazones con bata en el Hospital Virgen de la Concha
Corazones con bata en el Hospital Virgen de la Concha

“Nos faltan manos para coser”. Más de un año después y con 115.000 corazones a sus espaldas, Lorena, la promotora de ""Corazones con bata", no se plantea parar. Ni la ansiada “vuelta a la normalidad” puede con sus ganas y las de tantas voluntarias repartidas por el mapa nacional que día a día y de manera totalmente altruista se sientan a coser, aguja en mano, sus corazones de patchwork que incluyen mensaje de ánimo para diferentes colectivos.

Unos corazones que ya han llegado a Zamora, uno de los primeros puntos en los que recalaron estos corazones gracias a la inestimable ayuda de Mónica y Sheila, las dos únicas voluntarias en la provincia, pero que cuentan con el respaldo del resto de compañeras, unas 200 en total, separadas a kilómetros de distancia pero unidas por un objetivo común.

Desde el hospital Virgen de la Concha, pasando por las residencias Hogar Reina de la Paz Hermanitas de los Ancianos Desamparados, la de Los Tres Árboles y la de Virgen del Canto de Toro… los corazones no sólo han dado alegría a los sanitarios y al personal de asistencia a los mayores, sino también a colectivos que han continuado batallando y haciendo gala de su profesionalidad en un momento de máxima tensión.

El amor ha llegado al centro neurálgico de la lucha contra el Covid, tanto a las unidades de críticos como a las plantas dedicadas sólo a atender a los pacientes afectados por el virus. También ha recalado en clínicas veterinarias, restaurantes -como el Vianco en Pozuelo de Tábara- incluso en agricultores que hicieron un alto en sus labores diarias para ofrecer su maquinaria a las tareas de desinfección.

Corazones con bata en el Hospital Virgen de la Concha

La iniciativa surgió el 14 de marzo, el mismo día que se declaraba un estado de alarma que paralizaría el país completamente en una primavera eterna en la que la vida parecía reducirse a una breve salida diaria a los balcones. Eran los medios de comunicación los que acercaban la cruda realidad de un virus que llegó de la nada para cambiar de un plumazo todas nuestras prioridades. Sólo un puñado de colectivos se vieron obligados a continuar, redoblando esfuerzos en la lucha contra un SARS-CoV-2 aún demasiado desconocido pero que no entendía de descansos.

“Sois unos héroes”, “os necesitamos más que nunca” o “gracias por vuestra valentía” son algunos de los mensajes que acompañan a estos corazones, todos diferentes pero unidos por un mismo patrón que Lorena se encargó de diseñar y que muestra a todas las voluntarias con las que va acordando ampliar la entrega de estos pequeños obsequios. Del corazón de Sevilla, las ofertas de colaboración se extendieron a Salamanca, León, Zamora y Madrid en una muestra del poder de unión a través de la soledad de una actividad tan sosegada como es la de coser.

La lista de corazones repartidos es larga, pero cuenta aún con nombres y destinos pendientes, como la Policía Municipal y Nacional en Zamora que aún no poseen sus “dosis de amor” en forma de tela. Lorena insiste en que no llegan y la necesidad de coser más corazones es especialmente patente en la provincia, donde las peticiones y deseos de agradecimiento pueden más que las avezadas manos de las voluntarias. “Necesitaríamos más manos y estaríamos encantadas de que este proyecto terminara de expandirse”, precisa Lorena.

Corazones con bata en la clínica y peluquería canina

Todo pese a la minuciosa organización de Lorena que gestiona las entregas y pedidos a través de los 16 grupos que ha formado por Whatsapp con las tejedoras y que finalmente ven la luz a través de las redes sociales. Muchos corazones han llegado a su destino pero otros tantos aún permanecen a la espera de recibir el suyo, confiando en que más manos se sumen a esta solidaria iniciativa (con la que se puede contactar a través de [email protected]) que también ha tenido que hacer frente a los intentos de estafa.

Y es que Corazones con bata es una marca registrada para evitar que se trafique con estos artículos de fieltro cuya finalidad es totalmente altruista. Lorena es tajante en este punto: “Los corazones no se venden”. Lo saben sus voluntarias que sólo pueden aceptar donativos en forma de tela  que únicamente han intercambiado en las campañas de recogida de alimentos a cambio de artículos de primera necesidad -iniciativa que, tristemente, no recaló en Zamora-.

El resto es a base de tiempo y fuerza de voluntad. También de entrega y confianza en que, pronto, esos simpáticos patchwork pasen a un “segundo plano” y queden con un agradable recuerdo en unos tiempos en los que el ser humano se vio obligado a sacar lo mejor de sí mismo.

Un corazón de tela para los héroes zamoranos del Covid