Gustavo Alonso González se asentó con su ganadería en Litos, municipio perteneciente a Ferreras de Arriba, en el año 1996. En 26 años no ha tenido que moverse de su pueblo para alimentar su rebaño, pero el incendio de Losacio, que causó un rayo el pasado 17 de julio y que se da ya por extinguido 45 días después de arrasar miles de hectáreas, le ha dejado sin pasto y ha pedido permiso para trasladar los animales a una zona no quemada.
Emprenderá el camino mañana, con las primeras horas de sol. De Litos a Burganes de Valverde, una "transhumancia" de más de 30 kilómetros pasando por la Dehesa de Pozos y Friera de Valverde para dar de comer a sus mil ovejas. "Es la única solución", asegura con resignación.
Aunque agradece la ayuda, señala que el reparto de forraje y alimento por parte de la Junta de Castilla y León es una "limosna", algo temporal dada la magnitud del incendio de Losacio, que se cobró tres víctimas mortales y ha levantado una alfombra de ceniza por los pueblos de alrededor.
A Litos no llegaron las llamas y el rebaño de Gustavo no sufrió daños, pero se ha quedado sin pastos. La Unidad Veterinaria de Tábara tramitó el correspondiente permiso para que la Unidad Veterinaria de Benavente autorizara el traslado. El permiso ha tardado un mes pero llegó esta misma mañana, y este ganadero y sus ovejas emprenderán con los primeros rayos de sol un camino cuyo regreso se alargará al menos un mes. "Tendré que ir todos los días a verlas", afirma con condescendencia.
Mientras, tanto él como el resto de los ganaderos esperan con anhelo que llueva para que "brote lo quemado". En sus fincas, hay forrajes almacenado ante la llegada del invierno, pero si "tenemos que utilizarlo ahora, nos quedaremos sin alimento para los animales en unos meses muy malos", explica Alonso González.
Así que no queda más remedio que emprender el "viaje" hasta Burganes de Valverde, donde el Ayuntamiento está facilitando pastos para ganaderos afectados por el mayor incendio forestal declarado en España, que arrasó con más de 31.000 hectáreas.