Este fin de semana nos encontramos en plena celebración del Carnaval, y no hay mejor manera de entrar en ambiente que degustando uno de los dulces más tradicionales de estas fechas: las orejas de Carnaval. Conocidas en Galicia como "orellas de entroido", este delicioso postre se ha transmitido de generación en generación sin apenas variaciones.
Las orejas de Carnaval son una masa fina, frita en abundante aceite y espolvoreada con azúcar glass. Su textura crujiente y su sabor dulce las convierten en un placer irresistible. A continuación, te explicamos cómo hacerlas en casa:
Ingredientes:
500 gramos de harina
250 gramos de mantequilla
150 gramos de azúcar
2 huevos
200 ml de agua templada
50 ml de anís (opcional)
Ralladura de limón (opcional)
1 cucharadita de levadura
Una pizca de sal
Aceite de girasol para freír
Azúcar glass para decorar
Elaboración:
Mezclar todos los ingredientes en un cuenco y trabajar bien la masa hasta obtener una textura homogénea y sin grumos.
Añadir la harina poco a poco y amasar hasta que la masa quede suave y húmeda.
Dejar reposar la masa durante al menos una hora tapada con un paño.
Separar pequeños trozos y estirarlos con un rodillo hasta obtener una masa fina con forma de oreja.
Freír en abundante aceite caliente, dorando vuelta y vuelta.
Retirar y escurrir en papel absorbente.
Espolvorear con azúcar glass y disfrutar.
El origen de las orejas de Carnaval no está del todo claro. Algunas teorías sugieren que este postre se elaboraba como despedida antes del inicio de la Cuaresma, un período en el que se restringía el consumo de ciertos alimentos, como la carne de cerdo. De ahí podría derivar su característica forma de oreja de cerdo.
Otra teoría apunta a que el nombre proviene de la coincidencia del Carnaval con la matanza del cerdo, momento en que se aprovechaban todos los productos de la carne. Sea como sea, lo cierto es que las orejas de Carnaval siguen siendo una delicia imprescindible en estas fiestas.