El drama de la emigración clandestina se subió al escenario del Teatro Ramos Carrión con Me llamo Suleimán, la historia de un niño que harto de la terrible situación de pobreza que vive en su país, Malí, decide marcharse junto a su amigo Musa a la próspera Europa.
Allí esperan trabajar y conseguir suficiente dinero para regresar y montar sus propios negocios para ayudar a sus familias, pero el viaje es duro y difícil. Deberán cruzar el desierto en camiones incómodos y atestados de expatriados que como ellos buscan una vida mejor.
La obra es una adaptación teatral de la novela homónima de Antonio Lozano, dirigida por Mario Vega y protagonizada por Marta Viera.
La historia cuenta la llegada de Suleimán hasta la frontera con Melilla, donde el cruce de la verja se complicará. Sin embargo, el pequeño emigrante no se dará por vencido y volverá a intentar el viaje, esta vez por mar. En escena Isabel, una compañera de clase de Suleimán, es la encargada, junto con el trabajo de animación audiovisual de Juan Carlos Cruz de narrar el viaje de este niño para alcanzar sus sueños.