La página web Traveler.es, especializada en viajes, ha incluido recientemente la Colegiata de Toro en Zamora dentro de su lista de las siete iglesias románicas más bonitas de España. Este reconocimiento pone en valor la riqueza histórica y arquitectónica de la iglesia, uno de los ejemplos más destacados del románico en transición. La publicación resalta las características únicas del edificio, que atrae a miles de turistas cada año.
La Colegiata comenzó a construirse en el siglo XII, bajo los auspicios de los Reyes de León. Su diseño está inspirado en la cercana Catedral de Zamora, y, a su vez, influenció otras construcciones importantes como la Catedral Vieja de Salamanca. A lo largo de los siglos, la iglesia ha mantenido su relevancia como una pieza clave del patrimonio románico español.
El cimborrio de la Colegiata de Toro es uno de los elementos más representativos de su arquitectura. Forma parte de un grupo de cimborrios leoneses, que incluye también los de las catedrales de Zamora, Plasencia y Salamanca. Esta estructura es especialmente relevante porque refleja la evolución del románico, con detalles que varían según los diferentes maestros que trabajaron en su construcción.
Un aspecto destacado de la iglesia son sus portadas, que cuentan con representaciones bíblicas de gran interés. La Portada de la Majestad es una de las más importantes, y está considerada una de las mejores obras del gótico español. Fue realizada en el siglo XIII y presenta escenas como el Juicio Final, con figuras como Cristo, la Virgen y los 24 Ancianos del Apocalipsis.
En cuanto al patrimonio pictórico, la Colegiata alberga importantes obras de gran valor. Entre ellas destaca la tabla flamenca de la Virgen de la Mosca, que se atribuye al círculo de Jan Gossaert, y varias piezas de artistas locales como Lorenzo de Ávila. La iglesia no solo es un referente arquitectónico, sino también un valioso centro artístico que sigue fascinando a quienes la visitan.