En un acto marcado por la pandemia que redujo el aforo, el químico zamorano Álvaro Gacho presentó ayer en la Alhóndiga su primera novela "Relatos de Eón: El resurgir del vacío", una obra llena de magia en la que recoge sus experiencia vital en países como Angola, donde estuvo de misionero, o en Sanzoles, municipio en el que trabajó durante un año con los jóvenes de la localidad.
Sin embargo, "Relatos de Eón" no es una biografía. La novela intenta resurgir el ideal de la lucha entre el bien y el mal, en un homenaje a "El señor de los anillos" y se basa en el comienzo de una guerra en la que las fuerzas de la luz y de la oscuridad empiezan a disponer sus piezas sobre el tablero de ajedrez. Sanzoles aparece con el anagrama de Zelason en un homenaje a un municipio que le impactó por "la lucha y la ilusión de sus jóvenes para mantener vivo su pueblo"
Publicada por la editorial Mirahadas, la novela comienza en el Año 387 de la edad de la Unión, fecha en la que los cinco países de Eón se encuentran en una era de paz y armonía. Sin embargo, la guerra comienza a fraguarse cuando un antiguo ser resurge de su profundo sueño. Un mal que proviene de la edad de la Llama Perpetua, a comienzos de las edades del mundo y que, para vencerlo, hizo falta un ejército compuesto por todas las razas y naciones del mundo, ello, y el sacrificio de los nephilim creadores del mundo.
Ahora, solo restan los elementales para detenerlo, poseedores de la esencia de los nephilim originales. Esta guerra, envuelve a Alros y Shilia, dos jóvenes que se ven atrapados y que son fichas indispensables en el tablero del bien y del mal. Durante su viaje deberán contar con el apoyo de los elementales y de los Sinais, una raza que existía antes que el hombre y que se creía solo un mito.