Cientos de sayagueses no quisieron perderse la cita que, como viene siendo habitual, se desarrolla en la ermita de Gracia. El Día de la Comarca regresaba para poner punto y aparte a años de parón obligado por el Covid y entre mensajes de ánimo, valentía y esperanza pronunciados en boca de dos sayagueses de pro a los que se les ha reconocido su trayectoria y continua implicación con la tierra que les vio nacer.
Era el caso de Julio Borrego Nieto, catedrático en el área de lingüística por la Universidad de Salamanca. El también investigador y prolífico escritor pronunció un brillante discurso en calidad de pregonero e hizo entrega del reconocimiento de Sayagués Ilustre acordado por parte de la Asociación de Empresarios que organiza el Día de la Comarca.
En un acto que contó con la presencia de numerosas autoridades -como el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, el vicepresidente primero de la Diputación de Zamora, José María Barrios, y el diputado de Agricultura y Ganadería así como alcalde de Villar del Buey, José María Nieto Vaquero-, la Santa Misa precedió a las palabras pronunciadas por Borrego (natural de Moralina) y por Jesús Villar, videógrafo con raíces en Palazuelo, y que este fin de semana ha recibido el reconocimiento que la Asociación de Empresarios acordó por unanimidad hace ya dos años. El Covid hizo imposible la celebración en 2020 y la situación también desaconsejó su celebración el año pasado.
2022 ha sido, finalmente su año. En un discurso de elogio al pasado pero con la mirada puesta en el futuro, Villar ha animado a los allí presentes y a todos los sayagueses convencidos del potencial de una tierra que aún tiene mucho que decir. Unas palabras de aliento en un momento en el que la despoblación sigue haciendo mella y que recuerdan a su discurso pronunciado hace apenas un mes en el vecino municipio de Bermillo de Sayago.
Porque Villar y Borrego, Borrego y Villar, son dos convencidos de corazón. El símbolo de lo que el sábado se fraguó en Sayago un año más, entre comidas campestres, con la música de Luis Antonio Pedraza siempre como telón de fondo y las actuaciones de bailes regionales que llenaron el entorno de la ermita como en la era pre-Covid.
Una jornada marcada también por exhibiciones de cetrería y torneos de caballería en un ambiente festivo en el que tampoco faltó el mensaje reivindicativo con la pancarta por una sanidad rural digna a la vista de todos los allí presentes.
