La Patrona de los barrios de la margen izquierda del Duero recorre las calles del Santo Sepulcro y Cabañales, hasta el Puente de Piedra para saludar al río que divide a los zamoranos pero que también, a la vez, es el nexo de unión de las dos márgenes.
Bajo un sol radiante de mayo, mes de las flores, mes de María, la Virgen de la Guía salió en procesión a las 12:00 horas tras la tradicional misa a la que acudieron numerosos dirigentes de las distintas cofradías zamoranas y muchos fieles y devotos que llenaron la iglesia del Santo Sepulcro.
Los vecinos de la margen izquierda del río acudieron a acompañar a la Virgen en su caminar hasta el río, siendo numerosa la participación este año debido al buen tiempo que hubo durante toda la mañana en la capital. Destacaron una gran cantidad de pequeños romeros que acompañban por primera vez a la Virgen y que no quisieron perderse ni un detalle del día.
Al paso por Cabañales, las hermanas de Cabañales no quisieron perderse, por entre sus ventanas, el paso de la Virgen de la Guia, mientras rezaban por ella y por todos los fieles que acompañaban el caminar hacia el río Duero. Allí, en el lugar que divide a Zamora, en ese Puente de Piedra que une a todos los barrios, la Virgen hizo su tradicional reverencia antes de volver al Santo Sepulcro donde los vecinos entonaron la Salve.
Al finalizar la romería, los mayordomos ofrecieron el tradicional refresco mientras el grupo de Coros y Danzas Doña Urraca divirtió al personal con un buen repertorio de bailes tradicionales de la provincia.