El presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, acompañado por los diputados Víctor López y Ramiro Silva, ha comparecido este martes para informar sobre la tensa situación provocada por la cancelación y posterior reprogramación de la reunión con el presidente de Renfe, prevista inicialmente para este mismo lunes.
Faúndez ha explicado que la reunión fue cancelada unilateralmente por Renfe, generando un notable malestar institucional. “No se puede conceder una reunión y suspenderla sin explicación, es una falta de respeto a una institución que representa a toda la provincia”, ha denunciado. Sin embargo, en la mañana de este martes, Renfe restituyó la reunión para las 15:45 h, a la que Faúndez ha confirmado su asistencia.
El presidente de la Diputación ha subrayado que acude a la reunión con un doble mensaje: disposición al diálogo y firmeza ante el rechazo social que ha generado la eliminación de los horarios ferroviarios compatibles con la jornada laboral.
“Estamos ante una decisión política que ataca los derechos del mundo rural”, ha recalcado, recordando que el rechazo no es solo de Sanabria o Carballeda, sino de toda la provincia de Zamora.
Ante la falta de voluntad de Renfe y del Ministerio de Transportes, la Diputación ha anunciado una serie de movilizaciones: Puesta a disposición de autobuses para trasladar vecinos de Sanabria a la manifestación prevista para este fin de semana. Propuesta de un paro simbólico de cinco minutos en toda la provincia, con cierre de comercios, bancos y administraciones. Posible convocatoria de una gran manifestación en Madrid, frente al Ministerio o la sede de Renfe.
“Esta provincia está viva, unida y no va a parar”, ha afirmado Faúndez. “No se puede hablar de lucha contra la despoblación mientras se recortan servicios esenciales como el transporte ferroviario.”
Faúndez ha adelantado que llevará propuestas concretas a la reunión, aunque ha preferido no desvelarlas por respeto institucional. No descarta la cofinanciación de servicios por parte de otras administraciones, como ya ocurrió con un tren madrugador en el pasado, pero insiste en que las soluciones deben ser reales, no simbólicas: “De nada sirve poner más plazas si no se adaptan los horarios a las necesidades laborales de los ciudadanos.”
Finalmente, ha expresado su esperanza de que la presión social y política lleve a Renfe y al Gobierno a rectificar: “El problema del tren en Sanabria no es menor. Es mayor. Y merece ser atendido con la seriedad que exige toda la provincia.”