"Ahora es tiempo de mirar hacia adelante y conseguir el nuevo Museo de Semana Santa"

photo_camera Antonio Martín Alén

Antonio Martín Alén finaliza hoy su etapa al frente de la Junta de cofradías y se va "muy agradecido a todos los presidentes" y con la satisfacción de ver declarada BIC la Pasión zamorana.

Llegó sin hacer ruido y sin hacer ruido se va, con el trabajo cumplido. Con las elecciones a la presidencia que celebra hoy la Junta pro Semana Santa finaliza el mandato de Antonio Martín Alén. Un mandato en el que la Semana Santa de Zamora ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural y que finaliza dejando sobre la mesa la necesidad de un nuevo Museo, con las gestiones ya avanzadas y el compromiso de las instituciones para avanzar en el proyecto.

A Toño (como lo llamamos los amigos, los que le queremos) muchos lo conocen de traje y corbata en los actos oficiales, pero en la trastienda de la Semana Santa, lejos de los focos, ha sido frecuente verlo en estos años subido a los andamios montando y desmontando santos, arreglando luces, con la ropa manchada de pintura en el Museo o colocando los enseres de su cofradía, la Hermandad de Penitencia, con la misma ilusión con que un niño espera a los Reyes Magos, sin pedir nada a cambio, por puro amor a la Pasión que mamó desde niño.

Y a veces se transforma en ese niño al que Macario Delgado esperaba en los soportales de la Plaza Mayor para salir en La Congregación en la madrugada del Viernes Santo. Porque solo quien ama la Semana Santa, quien la lleva dentro, es capaz de contemplarla con ojos de niño.

-Hoy finaliza su etapa como presidente de la Junta pro Semana Santa. ¿Qué balance hace si echa la vista atrás?

-No soy yo quien tengo que decirlo, pero para mí ha sido positivo. Ha sido un cambio radical en mi vida y me llevo muchísimos amigos y muchas satisfacciones, que me parece lo más importante.

-Una sucesión, la de Isabel García, inesperada por un lado pero por otro lógica en la continuidad de lo que ha sido su etapa al frente de la Junta, en la que ella ha sido su mano derecha.

-No había ninguna candidatura y al candidato que se perfilaba de no haberla, Graciliano Hernández, tengo que agradecerle su esfuerzo por quererse hacer cargo de la Junta y su retirada me parece muy valiente, además de agradecerle en lo personal la buena disposición que siempre ha tenido conmigo. En el caso de Isabel tengo que agradecerle que haya dado ese paso que ha sido unilateral y que nos ha comunicado a todos los presidentes a la vez.

-Antonio Martín Alén accedió a la Junta pro Semana Santa en un momento de tensión interna que con los años se ha superado. ¿En qué estado queda el órgano de cofradías en estos momentos tanto económicamente como en las relaciones entre cofradías?

-No me gusta mirar al pasado. Los que estaban antes de mí hicieron las cosas lo mejor que pudieron, como yo he intentado hacerlas lo mejor que he podido. Siempre he estado agradecido a todos los que se hicieron cargo de la Junta antes que yo. Creo que ahora, con Isabel, hay que mirar ya al futuro, la junta de cofradías goza ahora mismo de buena salud, sus cuentas están saneadas y tiene prestigio en las instituciones, lo cual lo va a saber mantener Isabel. Y la relación interna entre los presidentes es inmejorable. Yo tengo que agradecer a todos, pero a todos, la buena disposición que han tenido siempre conmigo, porque si ha habido algún éxito no ha sido mío: es de todos.

-Si hablamos de éxitos, ¿qué momento o qué logro le causa mayor emoción? ¿Por qué le gustaría ser recordado?

-Bueno... el otro día, escuchando las palabras de Leonard Cohen cuando le dieron el Príncipe de Asturias, me acordé de mi propia historia, de cuando murió mi madre. Cuando bajé al tanatorio me sentí muy querido, había 157 centros de flores. Eso demuestra que en la Junta hay ahora mismo una relación humana, una camaradería, que va mucho más allá de las cofradías. Y aunque sea algo íntimo a mí me gustaría resaltarlo, todos tenemos una madre y eso significó muchísimo, nunca lo olvidaré.

-Por ser más pragmático, imagino que uno de sus momentos más dulces sería el reconocimiento de la Semana Santa como Patrimonio Inmaterial, como Bien de Interés Cultural.

-Claro. Detrás hubo un trabajo y con la declaración BIC se reconocía de forma implícita el papel de toda la ciudad en la Semana Santa. Y ha habido momentos muy bonitos como el conocer al Papa, el atender a los ministros y autoridades que han venido, a otros presidentes de fuera... eso ha sido una experiencia inolvidable, más que positiva. Y repito que, sobre todo, mi relación con los presidentes, que continuará. Ahora estaré en la retaguardia, cerca, como un presidente más, intentando servir a la Semana Santa y ser válido y no poniendo palos en la rueda, como a mí no me los han puesto, y votar como a mí me han votado.

-Y la espinita que se lleva... ¿quizá el Museo?

-Sí. Desde luego que sí. Lo hemos tenido, lo tenemos en la mano. Creo que es un paso que se ha dado y que no podemos retroceder y que Isabel o quien hubiese venido no debe desaprovecharlo. Y si yo en algo sirvo, ahí estaré para echarle una mano, facilitar todos los contactos que hemos tenido y no perder esos pasos para seguir avanzando.

 

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