La comarca más olvidada del mapa ferroviario ha hecho sonar su voz en el mismísimo corazón de Europa: Bruselas. Activistas sanabreses han llevado su protesta hasta la Comisión Europea y el Parlamento de los 27, denunciando la reducción de frecuencias del AVE por parte de Renfe que afecta directamente al desarrollo, la conectividad y el futuro de la comarca.
Durante tres días consecutivos, las pancartas, los mensajes y el cabreo han viajado más lejos que los trenes. En Madrid, en Vigo y, como broche, en Bruselas, se han recogido imágenes que dejan claro el espíritu de lucha que caracteriza a los habitantes de Sanabria, siempre dispuestos a dar un paso al frente cuando su tierra lo necesita.

Las fotos de la protesta, que han llegado a esta redacción, muestran un mensaje claro: “No al abandono, sí a las frecuencias. Sanabria también existe.” El malestar con Renfe va en aumento. Lo que empezó como una reducción puntual se ha convertido en un síntoma más de la desconexión entre las instituciones y las necesidades reales de los territorios rurales.
Sanabria, más europea que nunca, no se rinde. Y con su presencia en Bruselas deja claro que sus vecinos no se van a quedar callados mientras se les arrebata un derecho tan básico como el de la movilidad.