La alta demanda de bicicletas durante la pandemia, una de las pocas actividades al aire libre que estaban permitidas en lo más duro del confinamiento, provocó que muchas tiendas comenzaran a tener listas de espera de varios meses. Las ventas se multiplicaron por cuatro y los pedidos continuaron en 2021, año en el que la demanda llegó a crecer hasta un 10%.
Este año se repite el problema. La escalada de la inflación y la subida de precios de las materias primas y la energía, más una guerra imprevista, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, han convertido el sencillo acto de comprar una bicicleta en una tarea muy complicada y, en muchas ocasiones, cara.
Desde La Madrileña, José Ignacio Vecilla confirma que están llegando los pedidos que se realizaron hace 12 meses. "Si al cliente le gusta alguna de las bicicletas que tenemos en tienda, bien, de lo contrario la lista de espera puede llegar al año", subraya.
No hay stock en las fábricas y la escasez de piezas hace que 2 años después se vuelva a repetir el desabastecimiento, a pesar de que la demanda de bicis no se ha disparado en los últimos meses.
El problema se arrastra desde el año 2020 y un cúmulo de circunstancias, agravadas por el cierre de fábricas en China por los contagios, primero, y la guerra de Ucrania, después, se han unido para que en este 2022 las bicicletas no sean para este verano. Habrá que esperar al próximo.