El 'tranquilizante' que está detrás de la mitad de los accidentes mortales

Un fármaco de uso común para la ansiedad e insomnio se convierte en un peligro silencioso en las carreteras
Foto archivo pastillas
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Las benzodiacepinas, una familia de fármacos ampliamente utilizada para tratar el insomnio severo y la ansiedad, están en el centro de una preocupación creciente relacionada con la seguridad vial. Según datos recientes, el 53% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico que dieron positivo en psicofármacos habían consumido estas sustancias, lo que pone de relieve su influencia en este tipo de siniestros.

España ocupa un lugar destacado a nivel mundial en el consumo de benzodiacepinas, situándose como el mayor consumidor de diazepam, una de las variantes más comunes. En los últimos años, el uso de estos medicamentos en el país ha aumentado en un 110%, según un informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Este patrón de consumo ha desbordado las recomendaciones médicas, que limitan su uso a períodos de dos a cuatro semanas.

El problema no solo reside en la cantidad, sino también en el contexto de uso. Se ha detectado un aumento del consumo sin prescripción médica, lo que incrementa el riesgo de efectos secundarios que pueden afectar capacidades críticas como la concentración y los reflejos. Además, su uso se ha extendido entre la población joven, especialmente en contextos recreativos, donde se combinan con otras sustancias como el alcohol o el cannabis.

La Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias de España (Estudes 2023) revela que los hipnosedantes son la cuarta sustancia más consumida por los estudiantes, con un 19,6% de ellos afirmando haberlos utilizado en algún momento. Este dato refuerza la preocupación por un consumo precoz y fuera de supervisión médica, con posibles consecuencias a largo plazo en la salud y el comportamiento.

El impacto en las carreteras es innegable. Las benzodiacepinas afectan las funciones motoras y cognitivas, lo que puede derivar en distracciones y errores al volante. Estos factores contribuyen a la elevada incidencia de estas sustancias en accidentes de tráfico mortales.

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