Una reciente encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) durante el mes de junio revela un dato preocupante para los pasajeros de aerolíneas de bajo coste: el cobro medio por el equipaje de mano asciende a 56 euros, un coste que se suma al precio inicial del billete y que, en muchos casos, no está claramente especificado durante el proceso de compra online.
El estudio, basado en una muestra representativa de 1.044 personas entre 25 y 79 años, refleja una experiencia común entre quienes han volado en los últimos dos años: el 30% de los viajeros termina pagando por el equipaje de mano en el aeropuerto, ya sea durante el check-in (36%) o directamente en la puerta de embarque (20%). Esto ocurre a pesar de que el 90% de los encuestados asegura prestar atención a las tarifas adicionales, lo que apunta a una falta de transparencia en la información ofrecida por las aerolíneas.
Pero el problema va más allá del cobro inesperado. Según los datos, una de cada cuatro veces los pasajeros deben entregar su equipaje de mano para ser transportado en bodega, debido a la falta de espacio en cabina, lo que obliga a esperar a la cinta de recogida en el destino, con la consiguiente incomodidad.
La OCU denuncia que el cobro por equipaje de mano no es justificable, y reclama que se prohíba esta práctica. “El equipaje de mano no es un lujo, es una necesidad”, afirman. Según la encuesta, el 92% de los pasajeros cree que debería estar incluido en el billete, y el 77% considera que las aerolíneas utilizan este suplemento como una forma de engaño para incrementar sus beneficios.
En este sentido, la OCU respalda la propuesta de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo, que aboga por la prohibición del cobro por el equipaje de mano, y reconoce el derecho de los consumidores a llevar de forma gratuita una pieza pequeña (40x30x15 cm) y una maleta de hasta 7 kg y 120 cm.
Asimismo, la resolución europea contempla otras medidas clave para la defensa de los pasajeros, como el carácter vinculante de las resoluciones de las autoridades nacionales o que la no respuesta a una reclamación se considere una aceptación por parte de la aerolínea.