Cada 28 de diciembre, se celebra el Día de los Santos Inocentes, una fecha marcada por la tradición de gastar bromas y jugar inocentadas a familiares, amigos y vecinos. Esta jornada, que tiene su origen en la conmemoración bíblica de la matanza de los niños en Belén por orden del rey Herodes, ha evolucionado con el tiempo hasta convertirse en un día festivo cargado de humor y ocurrencias.
El Día de los Santos Inocentes también es una oportunidad para reunir a la familia y compartir momentos de diversión, recordando que la tradición combina elementos de memoria histórica con el juego y la creatividad. Los niños participan activamente, aprendiendo a disfrutar del humor de manera respetuosa y fomentando la convivencia entre generaciones.
Además, esta jornada sirve para revivir relatos y anécdotas locales, con historias que se transmiten de forma oral y que refuerzan la identidad cultural de los municipios zamoranos, convirtiéndose en una celebración que mezcla historia, humor y vida comunitaria.
En la actualidad, el 28 de diciembre se mantiene como un día esperado por grandes y pequeños, donde la imaginación, la sorpresa y la risa son los protagonistas, recordando que la tradición de los Santos Inocentes sigue muy viva en la provincia.