"Ha sido siempre mi ilusión volver a Sayago y no lo he podido hacer hasta los 80 años". La historia de José Martín Barrigós es la de tantos sayagueses alejados de su tierra. También es una historia única de redención personal canalizada a través de años de documentación y escritura dedicados c a la tasi en exclusiva a la tierra que le vio nacer.
Han tenido que pasar décadas y el cuentakilómetros que sumar varios ceros hasta que el sueño se ha tornado en realidad. La historia del pregonero del Día de la Comarca que se celebra este sábado en la ermita de Gracia de Bermillo es la de un hombre de calculadora en mano que, pese a las exigencias y cargas familiares y laborales, siempre lograba reunir al menos 20 días al año para recorrer los algo más de 610 kilómetros que separan Alicante de Sayago.
Natural de Almeida de Sayago, Barrigós ha aterrizado en su tierra, ahora con residencia en Moraleja, para dar rienda suelta a los versos de su desaparecido y casi paisano Justo Alejo. Parafraseando al malogrado poeta, los campos de Sayago se plantean como el paraíso y destino final, tierra de descanso eterno que completa el círculo de quien abrió sus ojos en una comarca forjada a base de sudor, tesón y reservado: "Cuando me muera / llevadme al campo / Dejadme abierto / bajo los cielos, / bajo el tejado / de los trigales; / junto a los troncos / de los regatos".
Desde el Sayago bajo a Carbellino, Barrigós ha ido descubriendo "pueblo por pueblo y casi puerta por puerta" una comarca escondida entre la pluma de los archivos municipales y la sabiduría de las gentes de a pie. Cada uno de esos viajes en los meses de mayo y septiembre sanaba un poco más la herida de quien abandonó pronto la tierra para poner rumbo a Salamanca y, posteriormente, a Madrid: "Casi no viví Sayago, lo hice en la infancia alocadamente y sin conocerlo por la falta de comunicación".
Su adolescencia en tierras charras le llevaron a renegar de una comarca que ahora le recibe con los brazos abiertos y que precisa de voces y, sobre todo, decisiones a nivel institucional y administrativo para tratar de poner freno a la despoblación y la cada vez más acuciante falta de servicios en el medio rural: "Ahora nos estamos jugando el futuro".

De ahí, de sus innumerables visitas a los archivos de los Ayuntamiento de Almeida y otros tantos municipios sayagueses, nació el libro "Mítico Sayago". La obra culmen a años de post y publicaciones en Internet supone un repaso a la Historia con mayúsculas de la comarca. Todo un esfuerzo recompensado a nivel moral pero que obliga a redoblar su presencia para hacer llegar su creación:
"La autoedición tiene sus ventajas, pero te aboca a estar solo. Si quieres que el libro se distribuya tienes que hacerlo tú y moverte al máximo. Mi aspiración es que lo tenga la mayor parte de la gente de Sayago porque es historia de nuestra tierra por lo que ocasión que tengo allí estoy".
Ya allí se plantará. La ermita de Gracia acogerá hoy una llamada a la unidad, pero también al orgullo que formará parte de su discurso y que comienza a tomar forma -el propio empresariado de la comarca creó la marca SOS (Sayagueses Orgullosos de Serlo)- como muestra de esa doble apuesta-: "Creo que nunca hemos terminado de quitarnos de encima el complejo, pero ahora tenemos una fuerza cultural que nos tiene que hacer cambiar el prisma frente a nuestros antecesores".
Un pregón en el que la mirada al futuro es ineludible y que para este periodista y escritor pasa por unas líneas muy claras: "Sayago sólo tiene dos posibilidades: que sea fiel a sí mismo tanto de cara al turismo como en las empresas que no pueden ser otras que las que giren en torno a la ganadería extensiva".