Sayago se cuela en la Casa de Zamora en Madrid para acercar los entresijos de una de las comarcas con más raigambre y que, pese a su evidente despoblación, sigue dando y mucho que hablar. Una comarca que sigue siendo el germen de orgullosos paisanos, de reivindicaciones por unos derechos justos, de tradiciones. De Historia con mayúsculas.
Una férrea defensa de la tierra ocupó la presentación del libro del periodista sayagués José Martín Barrigós que lleva paseando sus argos años de investigación y documentación sobre la comarca en la que nació y por la que siente absoluta devoción.
Ante una sala a rebosar con unos 60/70 asistentes, Barrigós habló de su libro pero tiró también de sentimientos al vincular el pasado de Sayago con las amenazas que planean sobre su futuro, como es la llegada de los macroproyectos de las energías eólicas en forma de gigantes del aire. También de una reivindicación reciente pero que, con justicia, debió producirse en el mismo momento en el que se inauguró la llamada presa de Almendra y cuyas aguas anegaron el desaparecido municipio de Argusino, nombre que se intentó dejar en el olvido, pero que Barrigós -como tantos argusinejos y sayagueses- no olvidan.
La presentación contó además con las intervenciones del catedrático de la Complutense, Donaciano Bartolomé, Pablo Sanz y Conchita Martín.
"Y, para terminar, permítanme que, aprovechando que estoy en la Capital de Reino, me atrevo a solicitar un premio que llevo años deseando, sin haberlo conseguido y que ojalá pueda lograrlo con este libro.
El premio es que mis paisanos los sayagueses crean en sí mismos y en los recursos y oportunidades de progreso que tiene Sayago /y que, todos a una, unidos, planifiquen con conciencia de comarca /aquellos objetivos de desarrollo que se asienten sobre los cimientos de sus vernáculos y genuinos recursos: la ganadería extensiva con sus derivados y la heredada ruralidad de sus pueblos y paisajes, tan sugestiva hoy para turistas y visitantes, renunciando definitivamente al trampantojo de reconvertir sus montes en terreno industrial para que las multinacionales extranjeras se enriquezcan a cambio de míseros donativos a las arcas municipales.
Aquí presentes, dolorosos ejemplos vivos de una debacle no tan antigua, tenemos a antiguos pobladores y descendientes de Argusino de Sayago, desaparecido bajo las aguas del embalse de Almendra, que siguen derramando lágrimas y lamentando la irreparable tropelía de este tipo que padecieron en 1967, si bien subsistirá siempre en sus corazones y en la memoria de sus hijos, generación tras generación.
Con ellos y con otros muchos que luchan por impedir actualmente para impedir que semejante desastre se reproduzca con el megaparque eólico proyectado en el corazón de la comarca, llamo a rebato y grito:
“¡Otra vez NO en Sayago!”
