Una ruta por los “secretos” del cementerio de Zamora: el camposanto que podría haberse construido en las Tres Cruces

El cementerio de Zamora se construyó por la epidemia de cólera que asoló la ciudad en el 1832

El camposanto cuenta con un panteón  dedicado a “los zamoranos ilustres”, propiedad del Ayuntamiento de Zamora que fue inaugurado en el año 2012 con las cenizas del escultor, Eduardo Barrón

Claudio Rodríguez, Hilario Pérez, Candelaria Ruiz del Árbol o Miguel Berdión, descansan en San Atilano

Cementerio de San Atilano
photo_camera Cementerio de San Atilano

Manuela Sancho, María Conde, Damiana Rosete y Micaela Alfonso fueron los primeros cadáveres que llegaron al Cementerio Municipal de San Atilano de Zamora el 23 de agosto de 1834. Después llegaron todos los demás a un camposanto que se construyó por la epidemia de cólera que asoló la ciudad en el 1832.

Era necesaria la construcción de un cementerio, mientras tanto, había cuarenta y siete lugares en la ciudad para enterrar cuerpos. Mujeres y hombres por separado. Sin embargo, la Junta Superior de Sanidad sabía que esta no era la solución ante la cólera por la cercanía a los ciudadanos y debían cambiar de ubicación. 

Pero, ¿dónde se construiría el cementerio de Zamora? Fue entonces cuando se barajaron distintas ubicaciones, entre ellas, las Tres Cruces. Al final, se terminó por instalar en la ermita de San Atilano, donde se encontraba el Hospital de San Vicente de Cornú y, junto a él, la Hospedería donde se cuenta la leyenda, el milagro del “pez y el anillo”. 

Cementerio de San Atilano (2)
Cementerio de San Atilano (2)

El joven Atilano no creía ser un digno obispo para la diócesis zamorana y por eso decidió peregrinar a Tierra Santa. Al salir de la capital zamorana, se paró en el antiguo puente romano y decidió tirar el anillo episcopal al Duero, señalando que si algún día volvía a él, retomaría la misión de obispo porque sería un destino de Dios. Tras volver de su peregrinaje, decidió almorzar cerca de la iglesia del Sepulcro. Pidió un pescado y en el interior encontró el anillo que había arrojado al río. Se puso el anillo y las campanas empezaron a repicar y las vestiduras polvorientas del peregrino se transformaron en episcopales.

San Atilano acoge a todos los hijos de Zamora que deciden recibir sepultura en el cementerio de la capital y allí, en el descanso eterno, todos son iguales. Sin embargo, existe en otros lugares de Europa y cada vez más en España un turismo de cementerios que busca presentar sus respetos a personajes ilustres o encontrar las mayores singularidades de estos cementerios.

Cementerio de San Atilano (7)
Cementerio de San Atilano (7)

El cementerio de Zamora cuenta con un panteón dedicado a “los zamoranos ilustres”, propiedad del Ayuntamiento de Zamora que fue inaugurado en el año 2012 con las cenizas del escultor, Eduardo Barrón. Junto al escultor de Moraleja del Vino descansan muchos otros personajes de la vida pública zamorana que son visitados ocasionalmente no sólo por familiares sino por estudiosos o turistas.

Claudio Rodríguez, Hilario Pérez, Ricardo Flecha, Candelaria Ruiz del Árbol o Miguel Berdión, descansan en San Atilano. En el mismo lugar donde 875 personas fueron enterradas durante la guerra civil española víctimas de la represión del bando sublevado. Todo ello se ha dado a conocer bajo el título “Conoce el Cementerio de San Atilano, ruta sobre la historia y la arquitectura de este espacio de la ciudad de Zamora”.

Cementerio de San Atilano (15)
Cementerio de San Atilano (15)

Una décima edición de los “Sábados de la Saleta” con más de medio centenar de asistentes que han disfrutado de una visita especial al cementerio de la ciudad para valorar el pasado de los enterramientos, los elementos arquitectónicos de interés del camposanto así como las figuras relevantes que descansan allí.

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