
Zamora es diferente y es conocida por sus murales. Más de medio centenar de dibujos artísticos decoran la ciudad y permiten conocer su historia de una forma distinta. Algo que genera inquietud en el turista y que le gusta al vecino. Que decora sus calles y llena de color la vía pública. Paredes que se convierten en lienzos. "Zamora Variopinta" nació de una propuesta ciudadana para embellecer los espacios degradados por el vandalismo. Un elemento turístico reconocible de la ciudad.
Desde el centro hasta los distintos barrios. De Doña Urraca a Ángel Nieto pasando por las Mascaradas de Invierno o los Puentes de Zamora. La historia de la capital se cuenta a través de imágenes, ilustraciones que llevan numerosas horas de trabajo para los artistas que muestran la otra cara de la ciudad, la del muralismo.
Creaciones que uno se encuentra. Que observa y mira. Que repercuten en el turismo y que permite conocer la cultura de la capital. Un arte urbano que llegó para quedarse. Estos murales pintados que embellecen todos los barrios de la capital y que cuentan historias, destacan la trayectoria de personajes relevantes o recuerdan tradiciones ya perdidas.
El último se adorna la sede de la Agrupación Belenista "La Morana". Una impresionante intervención de varios metros de ancho y alto que adorna toda la fachada del número 4 de la bajada de San Pablo y que es visible también desde la avenida Portugal en sentido bajada.
Una obra que reproduce una escultura en relieve renacentista situada en la Catedral de Zamora justo por debajo de la Virgen de la Calva y constituye el logotipo de la agrupación que cumple su 25 aniversario. Se trata de un formato 15 veces mayor que el original y que dará paso a un mural con unas dimensiones de 15 metros de alto x 10 de ancho.

También destaca "La suelta de globos" en la avenida del Príncipe de Asturias. Una obra conceptualmente optimista y alegre, cargada de colores, formas y texturas; una gran columna de globos en su estado inicial antes de comenzar a dispersarse y perderse por los tejados de la céntrica vía zamorana o la cabeza del Zangarrón, protagonista en el barrio de Pinilla. Una imagen que se convierte una alegoría al descubrimiento de las tradiciones, donde la figura protagonista es una escultura monumental tallada en la roca, hibridación entre el Zangarrón de Sanzoles, del que toma la ancestralidad de la provincia, y el David de Bernini, con el que conecta en la marcialidad y la terribilidad que comparten sus físicos y actitudes en ciertos momentos.
En la avenida de Galicia se ensalza también las Mascaradas de Invierno con la "Talanqueira" de San Martín de Castañeda como protagonista, junto a los personajes más destacados de esta significativa tradición sanabresa

Y las tradiciones continúan engalanando la ciudad como la composición centrada en el “Filandar, Fiadeiro o Serano” situada en la plaza del Cartel Viejo. En él se muestran las reuniones sociales típicas de la Alta Sanabria donde se juntaban principalmente las mujeres para preparar el hilo de lana y lino, un importante motor de la economía de la zona. A menudo estas reuniones daban pie al festejo, a la expresión cultural y al romance. En definitiva, formaba parte del tejido social de la comunidad y el desarrollo humano en los pueblos de la comarca sanabresa.

Dando un paseo por el casco antiguo. Donde Zamora se trasforma en el pasado, se encuentra el mural que contiene las letras de Zamora, acompañadas de símbolos característicos de la ciudad. La obra se sitúa en un punto emblemático de la ciudad, mejorando la estética del entorno, a caballo entre la Catedral y el Portillo de la Lealtad. También en la esquina de la calle San Martín, se encuentra un homenaje a una de las figuras que supo defender sabia y hábilmente la ciudad de Zamora: Doña Urraca.

Como no podía ser de otra manera, el transporte y las vías de comunicación son importantes para contar la historia de la capital. En la calle Cañizal se puede ver un recuerdo al camino histórico de la "Vía de la Plata" con motivos que se remontan a épocas pasadas. Por un lado el camino tradicional, cuyo origen precede incluso a los tiempos romanos, en los que se utilizaba como cañada trashumante y vía de comunicación principal entre el norte y el sur peninsular, representado en este caso por una vía romana empedrada acompañada de un miliario, monumentos funerarios y los árboles típicos de estas antiguas carreteras.
En el muro de enfrente, una recreación fotográfica cedida por la Asociación Ferroviaria Zamorana, donde se aprecia una locomotora con la estación de tren al fondo y una serie de pasajeros a la espera de emprender el viaje, muestra una alegoría del ferrocarril de la Ruta de la Plata que vio clausurado su tráfico en el año de 1985, privando de servicio a viajeros a todo el eje transversal del oeste español, y cuyas vías permanecen esperando la reactivación justo encima de estas dos obras de arte urbano.

Protagonista también la estación de tren en la cuesta del Bolón, donde se puede apreciar una locomotora circulando por las vías hoy clausuradas de la Ruta de la Plata, haciendo su entrada en el recinto de la estación de tren de Zamora procedente de Salamanca. Y, por supuesto, uno de los símbolos más importantes de la capital tenía que estar representado en la calle Salamanca. Una obra que La obra que representa la construcción del cimborrio de la catedral románica zamorana.

Un sinfín de ilustraciones que hablan por sí solas. Que cuentan historias. Que enseñan otra manera de disfrutar del turismo en la capital. Una ruta para empaparse de cultura y para guardar un bonito recuerdo de la ciudad que desprende conocimiento incluso desde sus paredes.