De los inicios en una entreplanta en la avenida Tres Cruces a ocupar uno de los locales más espaciosos de Víctor Gallego. La de Carmen es otra historia de apuesta valiente por el emprendimiento pese a las dificultades del momento. 15 años de dedicación total y absoluta al mundo de la estética y de formación continua que hoy le permiten dar un salto de calidad para emprender un nuevo sueño a nivel laboral con la vista puesta en expandirse más allá de Zamora.
La logística invitaba, o más bien obligaba a ello después de que Carmen apostara por ampliar la plantilla unos meses antes de la irrupción de la crisis sanitaria. Una apuesta que se redobló tras el desconfinamiento y la llegada de la "nueva normalidad" en la que avistó un cambio de tendencia que pasaba por afianzar el servicio de tratamientos corporales y faciales en la ciudad.
Con presencia en cuatro locales esparcidos por la galería del multicentro Tres Cruces -semiocultos para los paseantes y con dos trabajadoras más-, el vaivén de las máquinas les animó a buscar un nuevo local amplio, abierto y, sobre todo, con presencia en la calle.
Un traslado y una reforma exprés en apenas 15 días que ha sido posible gracias a la implicación de toda la clientela y de sus propias compañeras. Ni la imposible agenda de los albañiles de la provincia ha sido capaz de parar este proyecto que renace tras un profundo lavado de cara y un exitoso trabajo in extremis en el que Carmen, junto a su pareja y amistades junto a Alicia y Paula, cambiaron el delantal de trabajo por la ropa de obra, la escoba y la fregona.
Armonía, líneas limpias, espacio para los clientes pero también, para el recuerdo. Entre una ordenada hilera con decenas de lacas de uñas de todos los colores del sistema Pantone, aceites y lociones, la vitrina sostiene las últimas botellas de vino elaboradas por su padre, así como un bastón, y una pintura hecha a mano por su abuelo. Pura simbología que sale del refugio del hogar para insuflar energía en esta nueva aventura.
Entre una completa aparatología con rango de medicina estética procedente de España y EEUU que combina diferentes tipos de cavitación, presoterapia, radiofrecuencia y diatermia, el local se divide en una primera sala dedicada a la manicura y a la esterilización del material empleado para dar paso a siete sala individuales que acogen todo tipo de tratamientos faciales y corporales combinados con la vista puesta en que la piel no se acostumbre y siga reaccionando sesión tras sesión, nada escapa.
Una fuerte inversión a la que probablemente se sumará un aumento de la plantilla de cara ya a las próximas fechas navideñas. "Aquí notamos la tendencia del pie de calle, algo que antes echábamos mucho en falta". Una meta a muy corto plazo, ya que la ilusión de Carmen sería poder abrir un centro en Salamanca y continuar con las formaciones que se centran en la ciudad charra, pero también en Madrid y Barcelona.
Pese al concepto de que Zamora es una ciudad social en la que el cuidado se suele asociar a fechas y eventos señalados, la agenda de Beauty Center se llena al margen de épocas. La fidelidad de su clientela, el poder de las redes sociales que potenciaron durante su estancia en el multicentro y las recomendaciones de podólogos copan su día a día entre tratamientos, sesiones e, incluso diseño de prótesis de uñas derivados de problemas de hongos, golpes o lesiones en el caso de corredores.