sábado. 20.04.2024
Ángel Antón, dueño de Almacenes Victoria
Ángel Antón, dueño de Almacenes Victoria

Ser la viuda del primer fusilado de la guerra civil en Zamora le hacía presagiar una vida de penurias en una sociedad que le daba la espalda por "roja". Pero con poco más de 20 años y tres bocas pequeñas que alimentar no había tiempo para más lamentaciones. Pidió dinero prestado y comenzó a vender telas en el Mercado de Abastos. Y de aquel puesto nació Almacenes Victoria, el comercio de la calle San Torcuato que el pasado 11 de junio cumplió 75 años.

Su fundadora, Victoria Chillón, viuda de Manuel Antón, es la abuela del actual dueño, Ángel Antón. "Mi abuela tenía un par de narices", asegura este comerciante, un empresario de tercera generación que mantiene vivo el negocio gracias a la calidad de las prendas que vende y al consejo de su padre: "Lo más importante de esta vida es ir haciendo amigos", le dijo antes de pasarle el testigo de la tienda. Y él ha logrado una clientela que es "ya familia".

La historia de este emblemático comercio zamorano comenzó con el fusilamiento durante la guerra civil de Manuel Antón, secretario general de la Casa del Pueblo de UGT. Su mujer, Victoria Chillón, quedó viuda con tres hijos de 6, 7 y 8 años y para salir adelante, pidió a una vecina un préstamo que invirtió en telas para vender en el Mercado de Abastos. "Los inicios fueron muy duros", relata su nieto, porque no había existencias y "tiene que viajar en tren para comprarlas". La afiliación política de su marido fusilado le seguía generando enemigos y sus telas eran "inspeccionadas" con minuciosidad por el Régimen, al que paga tasas para poder continuar con el negocio. "Todas las noches llegaban a su casa a hacer inspecciones, le requisaban mercancía y la amenazaban", rememora Antón.

La joven Victoria no se amilanó y veía florecer un negocio que se le quedaba pequeño. Con unos pequeños ahorros compra la sombrerería de Lucio Astudillo, pero como mujer emprendedora quiere "cambiar de vida" y adquiere el Hotel Franco-Español, lo que era el Neptuno. Cuando la operación estaba hecha, el entonces gobernador civil trunca el negocio ante el temor de que aquel hotel se convierta en un "nido de rojos". "La familia que ahora regenta el Bar Chillón se portó bien y le devolvió todo el dinero a mi abuela", subraya agradecido el empresario.

Y con ese dinero, la abuela Victoria compró en 1946 el edificio que acoge hoy Almacenes Victoria, el único establecimiento en la capital que se dedica en exclusiva a la confección de caballero. Ella se retiró con 56 años y le dejó el testigo a su hijo Ángel, otro emprendedor que tuvo la visión de reconvertir aquella tienda de telas en un comercio para caballero. 

Almacenes Victoria

Con la cabeza siempre llena de ideas, el padre de Ángel Antón fue también el primero en poner en marcha una empresa de alquiler de vehículos sin conductor, "Autos Antón", que permaneció abierta una década y marca el inicio de la vida tras el mostrador del actual dueño de Almacenes Victoria. Ángel Antón se queda como regalo el último coche de aquel proyecto paterno y con 18 años comienza a trabajar en el comercio, aunque su vida se encaminaba al deporte.

El destino le torció el camino cuando se queda fuera por dos plazas de entrar en el INEF (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) de Madrid. Y para compensar ese año decide echar una mano a su padre en la tienda. "Probé y comencé a amar esta profesión hasta el punto de que mi hija me dice que no voy a ser capaz de jubilarme", reconoce Ángel Antón. Y cuando lo haga, no habrá relevo generacional. "Mi hija se dedica a otras cosas y no quiere ponerse al frente del negocio", confirma.

No quiere pensar en el futuro porque hoy le toca celebrar los 75 años de uno de los negocios más longevos que se mantienen en la capital. No ha habido ninguna celebración especial a causa de la pandemia, pero Ángel Antón sostiene que piensa celebrar otros cuantos años tras el mostrador con la misma "ilusión" con la que llevaron el negocio su abuela y su padre.

Almacenes Victoria, 75 años de un comercio que fundó la viuda del primer fusilado...