Ana Pastor Julián, una de las mujeres más influyentes del Partido Popular en las últimas dos décadas, ha cerrado un capítulo fundamental en su vida política para abrir una nueva etapa en el ámbito sanitario. Nacida en el pequeño pueblo zamorano de Cubillos en 1957, Pastor creció en la comarca de Tierra del Pan antes de iniciar su carrera en Salamanca, donde se licenció en Medicina. Desde ahí, comenzó un ascenso meteórico que la llevaría a lo más alto de la política nacional.
Pastor es recordada por su sólida gestión en algunos de los puestos más relevantes de la administración pública. Fue ministra de Sanidad entre 2002 y 2004 bajo el gobierno de José María Aznar, y más tarde ministra de Fomento de 2011 a 2016 con Mariano Rajoy, durante la profunda crisis económica. En este último cargo, tuvo un papel clave en la mejora de las infraestructuras, una labor que la llevó de vuelta a su tierra zamorana para inaugurar proyectos como la autovía entre la capital provincial y Benavente.
Además, presidió el Congreso de los Diputados entre 2016 y 2019, y fue una de las pocas figuras que logró mantenerse en un puesto de tanta relevancia durante la moción de censura que terminó con el mandato de Rajoy y dio paso a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Durante su presidencia, se comprometió a impulsar la ética en la política, poniendo en marcha un Código de Conducta para los diputados, aunque su implementación dejó algunas sombras.
Sin embargo, después de 24 años como diputada, Ana Pastor ha decidido que era el momento de abandonar el Parlamento. El 31 de mayo de 2024, anunció que entregaba su acta de diputada por Pontevedra para retomar una carrera más vinculada a su formación original: el ámbito sanitario. Actualmente, trabaja en instituciones profesionales del sector, asegurando que su vasta experiencia servirá para mejorar la atención sanitaria en España. Aunque deja atrás la política activa, sigue siendo una pieza fundamental dentro del PP, manteniendo su lealtad a su partido, al que ha dado, en sus palabras, “lo mejor de sí misma”.
Este nuevo giro en su carrera marca también un retorno simbólico a sus raíces. Pastor, que ha representado siempre los valores de esfuerzo y trabajo duro desde su Zamora natal, vuelve a conectarse con el mundo sanitario, el campo en el que dio sus primeros pasos profesionales. A sus 66 años, la política zamorana inicia una etapa en la que buscará hacer una contribución más técnica, aunque lejos de los focos que le dieron notoriedad nacional.
