La enfermedad hemorrágica epizoótica continúa en plena expansión arrasando a las reses allá por donde pasa. Las consecuencias son especialmente dolorosas en el caso de las vacas nodrizas y los terneros que han sobrevivido, pero que comienzan a presentar evidentes dificultades para salir adelante. Los relatos de los ganaderos zamoranos es la historia de nunca acabar que se repite ya por prácticamente todo el mapa peninsular.
Así lo ha confirmado Fernando Vicente, ganadero e ingeniero agrónomo que posee y supervisa varias explotaciones, entre ellas una afincada en Muga de Sayago. Acudir cada día a supervisar las reses continúa siendo desde mediados de verano una batalla perdida contra la desesperación entre la muerte y unas consecuencias que todavía comienzan a asomar. La pérdida de fuerza es tal que algunos terneros son incapaces de amamantar o succionar del biberón -muchas de las vacas tampoco tienen leche a causa de la enfermedad-, lo que obliga a colocarles una sonda "con un porcentaje de supervivencia muy bajo".
A ello se suman las consecuencias de la enfermedad. Terneros recién nacidos con ceguera, morro y extremidades peladas, debilidad y bajo peso se erigen como un mal presagio de futuro de la res que apenas acaba de respirar fuera del útero materno.
Sin vacuna para hacer frente a esta enfermedad en Europa -existen dos tipos de vacunas en Japón y Estados Unidos que se suman a varias líneas de investigación-, poco pueden hacer los técnicos y veterinarios sobre las cabeza afectadas que presentan desde cuadros inflamatorios severos con importante necrosis hasta hemorragias multifocales y muerte fulminante en los casos de enfermedad sobreaguda.
La última actualización sobre el avance de la enfermedad realizado pro el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación -que data del 27 de septiembre- suma 30 nuevas comarcas afectadas al mapa, entre ellas Santibáñez de Vidriales, Tábara y Villalpando en la provincia. A día de hoy únicamente no se han confirmado casos de manera oficial en las explotaciones repartidas por las comarcas de Sanabria y Benavente.
Sí lo han hecho en cambio en nuevos puntos de Ourense, A Coruña, Cantabria. La Rioja, Ávila, Burgos, Segovia, Soria, Valladolid, Huesca, Zaragoza, Sevilla, Cuenca, Toledo y Lleida. Y su expansión ya se siente en explotaciones de la vecina Francia donde los primeros casos se concentraban en zonas de los Pirineos Atlánticos y Altos Pirineos. De esta manera ya son cuatro los países europeos afectados por la llegada de la enfermedad procedente de Marruecos junto a Portugal e Italia (Cerdeña y Sicilia incluidas).
Según los datos disponibles hasta la fecha, se observa una mayor afectación clínica en animales mayores a 24 meses, machos, de razas no rústicas (por ejemplo: Limousine, Blonde d’Aquitaine y sus cruces) y en sistema de producción extensivo.
Las explotaciones afectadas están sometidas a restricciones que impiden el envío de reses a otros Estados miembros con fines de cría procedentes de explotaciones situadas en un radio de 150 kilómetros del foco. Respecto a los movimientos nacionales, los animales y vehículos deben estar desinsectados para movimientos desde la zona afectada hacia zona libre, con ausencia de sintomatología en ganado bovino.
Las medidas tampoco afectan al consumo de carne y leche y el mercado de la piel, al considerarse que la EFE "no es una enfermedad que afecte al ser humano", según precisa el Ministerio.
