viernes. 29.03.2024
Foto archivo Berlín
Foto archivo Berlín

Desde este domingo, los ciudadanos residentes en Alemania que no hayan recibido ninguna dosis de la vacuna frente a la Covid estarán sometidos a un confinamiento domiciliario. Podrán salir a la calle, pero no acceder un comercio ni a un acto cultural aunque porten una prueba negativa del virus. El test únicamente les servirá para ir a trabajar o para viajar en tren y deberán hacerse uno cada día.

De esta forma, el Ejecutivo alemán ha limitado al máximo la movilidad y las posibilidades de hacer vida social a los que aún no han recibido el primer pinchazo de la vacuna -a través de la llamada norma 2G- y sólo se les permite ir a trabajar, comprar, acudir a las farmacias o la consulta médica.Además, sus contacto se reducirán al propio núcleo familiar o de convivencia y otras dos personas de otra burbuja de convivencia. 

Una medida que ha recibido el visto bueno del Tribunal Constitucional Federal de Karlsruhe que recuerda que el Ejecutivo ya estaba facultado para imponer este tipo de medidas y restricciones durante la tercera ola de la pandemia del coronavirus, en la primavera europea de 2020, mediante el llamado “freno de emergencia”.

Todo ello mientras las autoridades del país debate si imponer como obligatoria la vacunación de la Covid. Es la opción que defiende por ejemplo el socialdemócrata Olaf Scholz en un momento en el que la incidencia en el país se sitúa en los 429 casos por cada 100.000 habitantes. Y es que en Alemania un 32% de la población continúa sin haber sido vacunada de la Covid, lo que ha llevado al Ejecutivo alemán a imponer esta norma. 

Arranca el confinamiento para los no vacunados en Alemania