Verdaderos ángeles sobre ruedas. Cientos de voluntarios han sacado sus vehículos todoterreno -completamente equipados para la nieve- a la calle para ayudar a los afectados por el temporal de nieve provocado por Filomena en prácticamente todo el país y que ha colapsado la capital, donde el manto blanco ha triplicado las previsiones iniciales.
Los madrileños han realizado todo un despliegue de ayuda que ha permitido que los sanitarios pudieran acceder a los hospitales para dar descanso a los compañeros que han doblado turno ante la imposibilidad de llegar los relevos, así como para que los enfermos -como aquellos que precisan diálisis- pudieran recibir su tratamiento pese a las inclemencias meteorológicas y con la mayoría de carreteras y vías de Madrid completamente inaccesibles tanto a pie como en coche sin cadenas.
Con las aceras y las carreteras completamente impracticables tras una nevada de más de 30 horas en Madrid, el acceso a los servicios básicos y de primera necesidad se paralizó, lo que ha provocado numerosos problemas tanto de personal sanitario que no ha podido acudir a su puesto de trabajo; tampoco lo tenían fácil las ambulancias y mucho menos las personas que trataban de acceder a uegencias por su propio pie -especialmente acudían por fracturas derivadas de caídas por la nieve o personas con síntomas de Covid- que no veían la manera de acceder a los centros hospitalarios.
De forma completamente altruista o bien de pago, los ofrecimientos de ayuda se han multiplicado por las redes sociales y han servido de vía de escape también a multitud de personas atrapadas en las carreteras por el temporal -colaborando en las labores de arrastre para desatascar los vehículos- o incluso a los trabajadores que se han visto sorprendidos por el temporal y que se han visto obligados a permanecen en las oficinas a la espera de que el tiempo amainara.
Algo que durante esta tarde ha sido viable gracias al parón de la nieve unido al sol y las temperaturas que han favorecido que parte de la nieve se haya desecho por unas horas. Con el paso de las horas y la bajada del termómetro, el manto blanco restante se convertirá en hielo, lo que provocará auténticas pistas de patinaje que harán más difícil el tránsito.
Una auténtica odisea a la que han puesto fin los innumerables ángeles de la nieve, muchos de ellos auténticos expertos y con gran experiencia en la conducción en este tipo de situaciones.