Zamora rompe el techo europeo de la innovación: Singular Grenoucerie, mejor proyecto rural del continente

Carbellino conquista Bruselas: Grenoucerie gana el mayor premio europeo a la innovación rural y sitúa a Zamora en el mapa de la agrotech continental. La empresa de Zamora galardonada en Europa.
paula en Bruxelas
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La Comisión Europea selecciona el proyecto zamorano entre 68 iniciativas de 27 países y valida un modelo pionero de producción sostenible nacido en plena España Vaciada

ZAMORA / BRUSELAS — Zamora ha logrado hoy uno de esos hitos que no aparecen todos los días: un proyecto nacido en un pueblo de apenas 175 habitantes, Carbellino de Sayago, ha sido elegido por la Comisión Europea como el modelo de innovación rural más destacado de Europa en 2025. Se trata de Grenoucerie, la iniciativa que ha creado el primer sistema europeo de cría sostenible e intensiva de ranas mediante tecnología propia, y cuyo liderazgo ejerce la emprendedora argentina afincada en Sayago Paula Echenique.

El reconocimiento llega nada menos que desde el Parlamento Europeo en Bruselas, donde el proyecto ha recibido el Premio RUWI (Rural Women Innovators Award) del consorcio GRASS CEILING, tras competir con 68 proyectos de innovación rural procedentes de 27 países.

No es una medalla simbólica. Es la constatación de que la innovación puntera también nace en los márgenes, y que Zamora puede colocarse en el mapa europeo sin complejos cuando se alinean tecnología, audacia y visión rural de futuro.


Un modelo tecnológico único en Europa… nacido en un pueblo zamorano

Grenoucerie no es una granja al uso. Es, en palabras de su fundadora, “un sistema diseñado desde origen para ser escalable y replicable en cualquier territorio rural”, construido con tecnología propia desarrollada íntegramente en Carbellino.

El proyecto ha logrado algo que nunca se había hecho en Europa: domesticar y criar ranas de forma intensiva y sostenible, con un sistema basado en:

  • Inteligencia artificial para monitorizar el bienestar animal.

  • Recirculación completa del agua, reduciendo consumos y emisiones.

  • Instalaciones sin uso de suelo agrícola y con impacto ambiental mínimo.

  • Control de calidad y trazabilidad total.

El resultado es un modelo de producción eficiente, sostenible y preparado para crecer en red, instalándose en otros territorios rurales europeos sin necesidad de grandes infraestructuras.

Hemos diseñado la tecnología necesaria con visión 360 grados, desde el bienestar animal hasta la eficiencia del agua y la arquitectura de la instalación”, explicó Paula en su discurso en Bruselas, donde remarcó que todo está pensado para “desarrollar un hub global desde Carbellino”.


Del ranario al laboratorio rural: una plataforma con aplicaciones de futuro

Otra de las claves del éxito del proyecto es su evolución estratégica. Grenoucerie nació como un sistema ganadero pionero, pero ya trabaja en aplicaciones comerciales de alto valor añadido:

  • Cosmética natural.

  • Farmacología.

  • Investigación biomédica.

El salto es significativo: de producir a generar conocimiento y desarrollos aplicados, todo ello desde un entorno rural que hasta ahora quedaba al margen de los grandes circuitos científicos.

En esta línea, las instalaciones de Carbellino funcionan como un laboratorio vivo, donde se testean en tiempo real procesos que pueden replicarse en otros municipios rurales europeos.

De repente, Carbellino no es solo un pueblo: es una fuente de innovación exportable.


Bruselas lo confirma: es un modelo replicable para toda Europa

La competición que Grenoucerie ha ganado no es un concurso local. Es un proceso de evaluación que actúa, en la práctica, como la mayor due diligence institucional del continente en innovación rural.

Europa buscaba modelos capaces de:

  • Generar empleo cualificado en entornos rurales.

  • Innovar con tecnología propia.

  • Reducir el impacto ambiental.

  • Ser replicables territorialmente.

  • Alinear producción e investigación.

Y encontró la respuesta en Zamora.

El premio incluye acceso a redes científicas europeas, conexión con los programas Horizon Europe y visibilidad como caso emblemático de innovación rural continental. A efectos prácticos, supone un sello de credibilidad que reduce el riesgo regulatorio y abre puertas a inversiones públicas y privadas.


“No pedimos favores: ofrecemos un modelo escalable con impacto real”

Paula fue directa en su intervención en el Parlamento Europeo, donde además recordó las dificultades de emprender en un sector tan altamente regulado como el primario.

“Nadie que innove en el campo debería enfrentar más de 150 procedimientos y casi 1.000 requisitos administrativos solo para existir”, afirmó, reivindicando la necesidad de que Europa y los Estados faciliten la innovación rural.

Pero su mensaje más potente fue otro:

No pedimos favores: ofrecemos un caso escalable con impacto medible”.

El reconocimiento europeo, subrayó, no es solo suyo: “Es de mi equipo, de mi socio Fermín, de Anabel, Adela, Mariajo, Álvaro, Toño, Enzo, Fausti, Orlando”, citó uno a uno en su discurso, subrayando la dimensión colectiva de un proyecto que ha logrado atraer talento técnico a una comarca tan castigada por la despoblación como Sayago.

También tuvo palabras para su hijo, Ulises: “Él hace que todo esto tenga sentido”.


Zamora, en el mapa europeo de la innovación estratégica

Para la provincia, este premio es mucho más que un reconocimiento individual. Es una demostración tangible de que:

  • La innovación rural existe,

  • que puede generar empleo cualificado,

  • que puede exportarse,

  • y que Zamora puede jugar en la primera división europea si se acompaña el talento existente.

Carbellino se convierte así en un caso de éxito continental, una referencia que Bruselas ya incluye en su documentación oficial sobre innovación rural. El tipo de visibilidad que muchas provincias españolas persiguen durante años… y que Zamora acaba de lograr desde uno de sus pueblos más pequeños.


Una ventana de oportunidad que no debería desaprovecharse

El éxito de Grenoucerie abre, además, una pregunta estratégica para instituciones y administraciones:

¿Sabremos capitalizar este posicionamiento europeo?

Porque el modelo ya existe, funciona y ha sido validado por la Unión Europea. El reto ahora es:

  • facilitar su expansión,

  • traducir el reconocimiento en apoyo institucional,

  • y situar a Zamora como centro europeo de innovación rural.

En una provincia que lucha contra la despoblación, la fuga de talento y la falta de oportunidades, un proyecto así no debería quedarse aislado, sino convertirse en punta de lanza de una nueva narrativa: Zamora puede innovar, Zamora puede exportar tecnología, Zamora puede liderar sectores estratégicos.


Cuando la España Vaciada no pide compasión, sino reconocimiento

El discurso final de Paula resume mejor que nadie este momento histórico para la provincia:

Mis abuelos emigraron buscando un futuro. Yo he vuelto para crearlo. En los márgenes. En lo rural y en Europa”.

Hoy, Bruselas ha dicho que ese futuro no es un sueño: es un modelo validado, una oportunidad real y un orgullo para Zamora.

Carbellino ha conquistado Europa.
Y Zamora, por una vez, aparece en el mapa por algo que solo puede llamarse innovación con mayúsculas.

Paula Echenique: la nieta de emigrantes que ha devuelto a Europa un futuro desde Zamora

Paula Echenique no llegó a Carbellino siguiendo un plan empresarial, sino un impulso vital. Nieta de emigrantes europeos que cruzaron el Atlántico en busca de oportunidades, creció escuchando historias de ida pero no de vuelta. Su decisión fue justo la inversa: volver al continente que sus abuelos dejaron, no para buscar un futuro, sino para crearlo.

Argentina de nacimiento y científica de formación, Paula aterrizó en Zamora buscando tranquilidad, territorio y posibilidades reales de innovar sin las prisas de la gran ciudad. Nadie imaginaba entonces que acabaría desarrollando en un pueblo de 175 habitantes una de las tecnologías agrotech más avanzadas del continente.

Quienes trabajan con ella la describen como una mezcla poco común de disciplina, sensibilidad rural y visión tecnológica, capaz de pasar de una conversación sobre bienestar animal a una explicación sobre inteligencia artificial sin perder naturalidad. Le apasiona desmontar la idea de que la innovación solo nace en laboratorios urbanos: “La ciencia también puede hacerse desde el campo, con honestidad y con rigor”, repite.

Detrás de la ingeniera está la madre. Su hijo, Ulises, es la brújula emocional de todo el proyecto. Ella lo dice sin rodeos: “Él hace que todo esto tenga sentido”. Y quizá por eso su discurso en Bruselas no hablaba solo de tecnología, sino de raíces, futuro y dignidad rural.

Paula ha conseguido atraer talento especializado a Sayago, construir empleo cualificado en plena España Vaciada y demostrar que lo rural no es sinónimo de pasado, sino de oportunidad. Quienes la conocen saben que su premio europeo no es un punto final, sino el inicio de una misión más grande: demostrar que el futuro de Europa también puede escribirse desde un pequeño pueblo zamorano. En el proyecto Fabián su marido es el alma pater de un proyecto que hoy vuelve a ser protagonista en Zamora News, un proyecto que hace sentir orgulloso al Sayago profundo y complicado del que hay que seguir aprendiendo. 

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