Para desayunar en la mañana más mágica del año, como postres en la sobremesa o para merendar con un buen chocolate, el roscón de Reyes es la más dulce tradición del día 6 de enero. Desde hace unos días, pastelerías y panaderías doran ya en sus hornos el preciado roscón, que próximamente será el producto más demandado por los zamoranos para no faltar a la tradición.
De masa o rellenos de crema, nata, moka o trufa y en diferentes formatos en función de los comensales, el roscón de Reyes es un bollo que simboliza una corona adornado con rodajas de fruta escarchada de colores variados que simbolizan las piedras preciosas y almendra fileteada. Como manda la tradición, en su interior suelen esconderse sorpresas pero hay dos que no pueden faltar: una figurita, símbolo de buena suerte y que indica que quien la encuentra debe ser "coronado" y un haba, que representa que quien la encuentra debe pagar el roscón o adquirir otro.
Aunque el origen del roscón podría tener relación con las saturnales romanas (fiestas dedicadas al dios Saturno para celebrar que los días eran más largos a partir del solsticio de invierno), otras tesis apuntan a una representación comestible de la corona de adviento, tradición que llegó con bastante posterioridad a España.
El antropólogo, investigador e historiador Julio Caro Baroja recoge en su obra "El Carnaval" dos testimonios del siglo XII sobre el Roscón de Reyes o el Rey de la Faba. Así -según indica la popular enciclopedia de la red, la Wikipedia- el primero corresponde al Reino de Navarra, donde en 1361 se designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en el roscón, mientras que el segundo testimonio corresponde a Ben Quzman, poeta andalusí, quien en su Cancionero describe una tradición similar con una torta (hallón o hallullo, vocablo que permanece en Granada) en el año nuevo que contenía una moneda. Ambas tradiciones se han conservado durante siglos.
De origen profano y antigüedad secular, lo cierto es que el roscón de Reyes se ha convertido en la referencia culinaria del 6 de enero y serán muchos los zamoranos que próximamente madruguen y que incluso hagan cola para llevarse el dulce a casa y cumplir un año más la tradición que cumplen las pastelerías y panaderías aunque también las recetas caseras, laboriosas aunque el resultado final merece la pena, estarán presentes en las mesas.