El Roscón de Reyes en Zamora, aunque sigue la receta clásica que podemos encontrar en otras partes de España, tiene un toque particular que lo hace diferente. Con ingredientes sencillos pero bien seleccionados, este dulce destaca por su esponjosidad y su aroma a cítricos. La combinación de frutas confitadas y frutos secos sobre la masa le da un toque final que lo convierte en una auténtica joya culinaria.
En Zamora, las celebraciones son una ocasión para reunirse con familiares y amigos, y el Roscón de Reyes no falta en ninguna de esas mesas. Más allá de ser un simple postre, es una tradición que acompaña el ambiente festivo y simboliza la unidad de quienes lo comparten.
Ingredientes:
- 500 gramos de harina de fuerza: La base de la masa, que le da la consistencia adecuada para que el roscón tenga la textura esponjosa característica.
- 100 gramos de azúcar: Para proporcionar el toque de dulzura necesario.
- 100 ml de leche tibia: Ayuda a activar la levadura y a conseguir una masa suave.
- 25 gramos de levadura fresca: Fundamental para que la masa suba y adquiera volumen.
- 3 huevos: Aportan suavidad y riqueza a la masa.
- 75 gramos de mantequilla a temperatura ambiente: Da textura y sabor, contribuyendo a la suavidad del roscón.
- Ralladura de naranja y limón: Estos ingredientes cítricos le dan al roscón un aroma y sabor frescos y característicos.
- Una pizca de sal: Potencia los sabores dulces y equilibrar la receta.
- Frutas confitadas y frutos secos: Para decorar el roscón, añadiendo color y sabor.
Pasos de elaboración:
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Activar la levadura: En un recipiente pequeño, mezcla la levadura fresca con la leche tibia y una cucharadita de azúcar. Deja reposar la mezcla durante unos 10-15 minutos, hasta que la levadura se active y empiece a hacer burbujas.
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Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, tamiza la harina y añade el azúcar, la ralladura de naranja y limón, y una pizca de sal. Esta mezcla de ingredientes secos garantizará que el azúcar y la sal se distribuyan uniformemente en la masa.
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Incorporar los ingredientes líquidos: Haz un hueco en el centro de la harina y añade los tres huevos batidos y la mezcla de levadura que has preparado previamente. Comienza a mezclar con una cuchara de madera o con las manos, hasta formar una masa pegajosa.
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Amasar la masa: Transfiere la masa a una superficie limpia y ligeramente enharinada. Amasa durante unos 10-15 minutos, incorporando la mantequilla a temperatura ambiente poco a poco. Este paso es crucial para obtener una masa suave y elástica. La mantequilla debe integrarse bien para evitar que la masa se quede demasiado aceitosa.
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Dejar reposar la masa: Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente enharinado. Cúbrela con un paño limpio y húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante unas 2 horas, o hasta que haya duplicado su volumen.
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Formar el roscón: Una vez que la masa haya reposado y subido, sáquela del bol y amásala ligeramente para quitar el aire. Forma un roscón redondo, con un agujero en el centro. Coloca la masa en una bandeja de horno ligeramente enharinada o cubierta con papel vegetal.
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Decorar el Roscón: Coloca las frutas confitadas y los frutos secos sobre la masa, presionándolos ligeramente para que se adhieran bien. Si lo prefieres, puedes añadir también azúcar mojado por encima para que quede crujiente al hornearse.
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Dejar reposar antes de hornear: Deja que la masa repose de nuevo durante unos 30 minutos para que suba una vez más.
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Hornear: Precalienta el horno a 180°C. Hornea el roscón durante unos 20-25 minutos, o hasta que esté dorado y suene hueco al golpear la base. Si ves que la parte superior se dora demasiado rápido, puedes cubrirla con papel de aluminio para evitar que se queme.
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Enfriar y servir: Deja enfriar el Roscón de Reyes en una rejilla antes de cortarlo. Al servirlo, puedes agregar más frutas confitadas o incluso nata o crema para acompañar.
