Grada y pista del Ángel Nieto volvió a vibrar con una velada de boxeo, diez años después de la última celebrada en la capital zamorana. Público zamorano y también llegado de León, Salamanca y Logroño, acompañando a los diferentes púgiles pertenecientes a los clubes de dichas ciudades.

A pesar de arrancar frío, tan solo tuvo que transcurrir un par de minutos del primer combate para que los aficionados al boxeo comenzaran a entrar en calor. Cada aficionado empujaba un poquito más con su aliento a los púgiles a los cuales acompañaban en Zamora.
A pesar del calor del pabellón, ningún espectador abandonó su lugar, manteniéndose a la espera del último combate, momento estelar y cuando más apretó la mayoría del público, zamorano, para animar a Alejandro Fernández, quien no defraudó.

Aproximadamente 300 personas se dieron cita en un evento que ha llegado para volver a crecer y para seguir demostrando que el boxeo y los deportes de lucha tienen una gran acogida en Zamora.