El Teatro Ramos Carrión se convertía en un espacio muy especial para los más pequeños gracias a Naviland, lugar que no se sabe muy bien dónde está, si es muy grande o pequeño, si se encuentra en la vía láctea o en un agujero negro. Nadie con certeza sabe dónde se encuentra pero todos saben que existe. Muchas son las personas que lo han visitado pero nadie recuerda como ir. Es una realidad en la que todos creemos pero al mismo tiempo es una incógnita. Poco se sabe de él, algunos dicen que tienen un vago recuerdo de haberlo visitado, aunque no recuerdan por qué dicen esto.
Los zamoranos pudieron disfrutar de una velada de admiración, sorpresas y risas donde viajaron a un mundo en el que las peticiones de regalos navideños y de felicidad llegan y se hacen cumplir.