UGT denuncia que la patronal confunde absentismo con incapacidad temporal acreditada por la sanidad pública

En cuanto a los datos de siniestralidad del primer semestre de 2025 en Castilla y León, han recordado que han sido 14.703 personas trabajadoras las que han sufrido un accidente de trabajo con baja o bien han contraído una enfermedad profesional
- Ángel Lobo, Secretario General de UGT-FICA Zamora
- Sandra Vega, Secretaria General de UGT-FICA Castilla y León
- Mariano Hoya, Secretario General de UGT-FICA Federal
photo_camera - Ángel Lobo, Secretario General de UGT-FICA Zamora - Sandra Vega, Secretaria General de UGT-FICA Castilla y León - Mariano Hoya, Secretario General de UGT-FICA Federal

UGT Castilla y León ha calificado de “chantaje inaceptable” la decisión de la patronal de no negociar el VI Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) si no se acaba con el absentismo.

De hecho, para Alberto Miguel, vicesecretario general de política sindical y salud laboral de UGTCyL, “culpar a los trabajadores del incremento de las bajas médicas es un intento de ocultar las causas estructurales y la responsabilidad empresarial. La patronal intenta utilizar el VI AENC como arma de presión para recortar derechos”

Desde la vicesecretaría de Política Sindical y Salud Laboral consideran que la patronal confunde de manera interesada la incapacidad temporal con el absentismo injustificado, señalando la ausencia como un problema de productividad para no reconocer que tras esa ausencia existen unas condiciones de salud que, muchas veces, están relacionadas con riesgos laborales como el estrés, la precariedad o la carga de trabajo. Además, se trata de enfermedades acreditadas y tratadas por los profesionales de la sanidad pública.

En cuanto a los datos de siniestralidad del primer semestre de 2025 en Castilla y León, han recordado que han sido 14.703 personas trabajadoras las que han sufrido un accidente de trabajo con baja o bien han contraído una enfermedad profesional. Por otro lado, los accidentes mortales han aumentado el 33,3%, porcentaje que duplica el índice de incidencia nacional. Además, en dicho periodo, se han registrado en la comunidad 116.763 bajas por incapacidad temporal por contingencias comunes. En total, han sido 131.466 las personas trabajadoras que no han acudido a su puesto de trabajo “no por capricho sino porque han necesitado una baja laboral”, tal y como ha señalado el vicesecretario de Política Sindical.

En este sentido ha sido tajante al indicar que las bajas médicas son un “reflejo del deterioro de las condiciones de trabajo y de seguridad y salud laboral” incidiendo en el estrés, la sobrecarga laboral, la precariedad y las horas extraordinarias no pagadas que afectan a miles de personas trabajadoras en Castilla y León.

Y es que el estrés crónico se ha convertido en una de las principales causas de incapacidad temporal en la comunidad. Las plantillas reducidas y la presión productiva generan ansiedad, insomnio y depresión, que derivan en bajas médicas prolongadas. Y estas bajas, además, se incluyen en la categoría de contingencias comunes, porque los riesgos psicosociales no están reconocidos como enfermedad profesional, invisibilizando su origen laboral.

Por otra parte, también se ha referido a que esa reducción de personal en sectores clave (sanidad, educación, industria, servicios) provoca que los trabajadores asuman jornadas más intensas y responsabilidades no reconocidas, lo que multiplica las lesiones musculoesqueléticas, lumbalgias, tendinitis y otros problemas físicos vinculados a la sobrecarga. Así, los datos de la Seguridad Social muestran que las enfermedades musculoesqueléticas son de las más frecuentes en las bajas, y Castilla y León no es una excepción.

Desde el sindicato también señalan como fuente de inseguridad y falta de prevención la alta temporalidad existente en Castilla y León, superior a la media europea, que llega al 11,7%. También cabe recordar que en la comunidad se realizan 190.000 horas extraordinarias a la semana no retribuidas ni cotizadas. El exceso de jornada se traduce en fatiga acumulada, menor tiempo de descanso y aumento de la siniestralidad. Estas prácticas empresariales ilegales no solo deterioran la salud, sino que acaban incrementando las incapacidades temporales y trasladando el coste a la Seguridad Social.

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