La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León ha concedido este año ayudas a 58 familias que han decidido trasladar su residencia a municipios de menos de 20.000 habitantes de la Comunidad. De ellas, 42 cuentan con hijos, por lo que reciben la cuantía máxima de 2.000 euros, mientras que el resto percibe 1.000 euros.
El programa tiene como objetivo fomentar la fijación de población en el medio rural, un eje estratégico para frenar la despoblación y promover la estabilidad demográfica en la Comunidad. Las ayudas se dirigen a familias que provienen de otras comunidades autónomas o de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y que cumplen con los requisitos de empadronamiento, empleo, escolarización y cobertura sanitaria.
Entre los municipios que han acogido a nuevas familias destacan localidades como Sepúlveda (Segovia), La Bañeza (León), Arévalo (Ávila) o Lumbrales (Salamanca). Las resoluciones completas pueden consultarse en la sede electrónica de la Administración de Castilla y León.
Las familias beneficiarias deben mantener su empadronamiento durante al menos dos años, y al menos uno de sus miembros debe desarrollar una actividad profesional, ya sea presencial o mediante teletrabajo acreditado. Además, los hijos en edad escolar deben cursar estudios en un centro educativo de la Comunidad, y todos los miembros deben estar inscritos en el sistema autonómico de salud.
La cuantía de la ayuda oscila entre 1.000 y 2.000 euros, dependiendo de si la familia tiene hijos menores o en guarda adoptiva a su cargo, consolidando un incentivo económico para favorecer la relocalización y el asentamiento en municipios rurales.
Con esta iniciativa, la Junta de Castilla y León busca atraer población de otras regiones y fortalecer la vida en los pueblos, combinando apoyos económicos con medidas que fomenten la integración laboral, educativa y sanitaria de las familias en el medio rural.