En un gesto de compromiso con la tradición y la comunidad, el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, desafió las adversidades climáticas para participar en la procesión del Santo Entierro en Zamora. A pesar de las amenazantes nubes y la posibilidad de lluvia, los cofrades y fieles se congregaron en masa para presenciar y participar en este evento anual de profundo significado religioso y cultural.
La procesión, que se remonta a 1593, es una de las más antiguas y veneradas de la región, marcando el Viernes Santo con una solemnidad que trasciende el tiempo. Desde el momento del Sermón del Descendimiento, las miradas estaban fijas en el cielo, donde las nubes parecían cargar la promesa de una lluvia inminente. Sin embargo, tanto los devotos como el vicepresidente García Gallardo permanecieron firmes en su compromiso de honrar esta tradición centenaria.
A medida que avanzaba la procesión, el cielo continuaba amenazante, pero la determinación de los participantes no menguaba. Las apps meteorológicas y los rádares de lluvia se consultaban constantemente, pero la fe y la devoción de los presentes parecían eclipsar cualquier preocupación por el clima.