Un puesto que asume con el claro objetivo de conservar los valores fundacionales de esta organización sin ánimo de lucro, que desde el año 1996 ha atendido a cerca de 600 personas afectadas, así como a sus cuidadores y familiares.
Tras el crecimiento exponencial que la asociación ha vivido los últimos años –con la apertura del centro residencial en Toro–, la nueva dirección se siente arropada por su equipo profesional y afronta esta nueva etapa respaldada también por el apoyo de familias, socios/as y voluntarios/as.