Durante su visita a Zamora para firmar el convenio Rehabitare con la Diputación Provincial, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, consideró que la Estrategia Nacional de la Conservación del Lobo es un "ataque frontal al medio rural y a la ganadería". Y dejó claro que "no vamos a permitir imposiciones de los urbanistas, del ecologismo de asfalto que pretende acabar con nuestra forma de vida".
Suárez Quiñones fue rotundo al rechazar la decisión del Ministerio de Transición Ecológica de prohibir la caza del lobo en todo el territorio nacional, pero también se mostró en contra de la "forma" en que se ha llegado al acuerdo al entender que el Gobierno debería haber contado con las comunidades que "llevamos gestionando el lobo desde hace decenios".
El consejero apuntó que hay 10 comunidades autónomas en contra de prohibir la caza del lobo y anunció que han pedido la reunión del Consejo Sectorial de Medio Ambiente para "sentarnos a dialogar y decidir que podemos hacer con el lobo". Y añadió que "si hay que mejorar la gestión, se hace, pero siempre dialogando".
Suárez Quiñones aseguró que Castilla y León y Zamora ya conocen las consecuencias de la conservación estricta del lobo: "Al Sur del Duero se concentran el 20% de los lobos y se producen el 80% de los ataques frente al Norte, donde gestionamos con sensatez con control administrativo y técnico". Recalcó el consejero de Medio Ambiente que el Ministerio "no alega razones de conservación si no de tipo ideológico y dogmático" y da cifras: la población de lobos ha pasado en la región de 400 ejemplares en los años 70 a los 2.000.
Suárez Quiñones mostró también a su apoyo a las organizaciones profesionales agrarias que han anunciado movilizaciones si el Ministerio de Transición Ecológica no da marcha atrás en esta estrategia que prohíbe la caza del lobo en toda España.