El Teatro Principal de Zamora se llenó este sábado para celebrar los 45 años de vida de la Asociación Etnográfica Bajo Duero, que conmemoró su aniversario con una gala-concierto muy especial en la que la música tradicional, la emoción y la solidaridad fueron protagonistas.
La velada comenzó con un discurso de presentación cargado de humor y complicidad con el público, en el que se destacó que “la grandeza está en saber venerar lo que quienes nos precedieron dejaron”. Un mensaje que sirvió para recordar que Bajo Duero es, ante todo, “una familia que apela a la tradición y la transmite de generación en generación”. Como es habitual en sus espectáculos, los primeros compases llegaron con la evocación de las raíces más íntimas, tres nanas que hicieron viajar al público a los orígenes del grupo.
Durante la intervención, los integrantes recordaron también cómo nació el proyecto, cuando un grupo de jóvenes entusiastas decidió fundar una asociación cultural que diera continuidad al folklore en la ciudad tras la desaparición de la Sección Femenina. Lo que entonces fue un grupo de danzas evolucionó con el tiempo hasta convertirse en lo que hoy es la Asociación Etnográfica Bajo Duero, con una trayectoria marcada por la innovación y el respeto a la música de raíz.
El concierto reunió a compañeros de camino y artistas amigos como Mayalde (Salamanca), Tradinova, Molofolk, Jambrina Madrid, Can Ríos los Domingos, David Álvarez Cárpamo, Ringo Rango, Anchas Castilla y el narrador tradicional Don Guti. Todos ellos compartieron escenario con los anfitriones en una cita única que el público vivió con entusiasmo y emoción.
Además de la vertiente artística, el aniversario tuvo un claro componente solidari, la recaudación íntegra del evento se destinará a la compra de árboles para reforestar Porto de Sanabria. Con la colaboración de un vivero local, se plantarán especies autóctonas el próximo invierno en una jornada de convivencia en la que participarán miembros y amigos de la asociación.
Con el teatro lleno y un ambiente de celebración, la gala del 45 aniversario de Bajo Duero se convirtió en una fiesta de la tradición, la música y la memoria compartida, reafirmando la vigencia y el futuro del folklore en Zamora.






